Camila Luna / @Charkovsky3_0
Morelia, Michoacán.- Ante la situación de violencia que enfrenta Michoacán y específicamente la región Tierra Caliente, los obispos de Michoacán en un mensaje general, manifestaron su preocupación, pues el antagonismo entre los grupos de autodefensa y el crimen organizado divide a la iglesia católica michoacana.
El obispo de Apatzingán, Miguel Patiño Álvarez, consideró que los problemas que enfrenta Michoacán no son menores: “Tenemos necesidad de paz de manera especial en los municipios de Tierra Caliente, nos sentimos muy pequeños para los problemas que en este momento vivimos”.
En ese sentir, el clérigo hizo un llamado a la unidad y la reconciliación, pues la situación que vive específicamente la iglesia en Apatzingán, es complicado, pues algunos de los creyentes están en “territorio templario” mientras que el resto está en “territorio comunitario”, e incluso, aseguró el párroco, el discurso de la iglesia cambia de un lugar a otro, aunque siempre se hace el llamado a la paz y el orden.
Aunque la presencia de las fuerzas federales ha dado “buenas señales” como el que ya no existan bloqueos carreteros o que se hayan replegado los “chicleros” o informantes del crimen organizado, la paz no llegará pronto, previó Miguel Patiño, quien reafirmó que es “ingenuo” pensar que en breve se controlará una situación que viene creciendo desde décadas atrás.
Incluso aseguró que desde 1980, la iglesia católica ya había advertido sobre plantíos de mariguana en esa región. Las advertencias continuaron en la década de los 90s y en el 2000, sin embargo, fueron ignorados.
De la misma forma, dijo el obispo de Apatzingán, los pobladores fueron ignorados, de ahí se justifica la conformación de los grupos de autodefensa: “Es supervivencia lo que están luchando, entonces al no haber más, la gente se ha levantado en contra del crimen organizado, porque los que deben entrar no entran, porque los que tienen autoridad en los pueblos algunos de ellos están coludidos y eso no está bien, por eso levantamos la voz”, refirió el sacerdote.
Una vez más, el obispo de Apatzingán evidenció los abusos que en Tierra Caliente cometían los grupos delincuenciales, quienes pedían a los agricultores que pararan sus labores en el campo, lo que generó grandes pérdidas económicas.
“Es tensa la situación que se vive ahí, porque la gente que trabaja en el limón ¿de qué van a comer? Me gustaría que ustedes fueran y llevaran sus cámaras a las huertas de limón… el limón está tirado”, finalizó el obispo de Apatzingán con la voz entre cortada y el rostro que denotaba tristeza.
Por su parte, el arzobispo de Morelia, Alberto Suárez Inda hizo un exhorto a las autoridades que se encuentran en la Tierra caliente para que se conduzcan con respeto hacia esos pueblos, sin violentar los derechos humanos y sin perder la confiabilidad.
Por su parte, el arzobispo de Morelia, Alberto Suárez Inda, señaló que en los últimos días se ha aconsejado, al presbítero Gregorio López Gerónimo para que regrese a su vocación sacerdotal, ya que las acciones que ha emprendido en el municipio de Apatzingán, han sido a título personal, sin el acompañamiento de la Iglesia.
El jerarca católico, explicó que en ocasiones las personas caen en la tentación de sentirse importantes y ser protagonistas, “por lo que creo que el Padre se ha dejado llevar por toda las cámaras y la fama que ustedes le han hecho y la gente a veces se marea”.
Bajo este contexto, advirtió que una sanción o amonestación contra el sacerdote depende del comportamiento que asuma en los próximos días, mientras que hasta el momento, el llamado para él, ha sido a que “se serene y reflexione para que sea más sensato y auténtico sacerdote”.