Obama puede pasar a la historia como racista y discriminador si no cesa deportaciones y realiza la reforma migratoria, asegura AMLO.
Aseguró que el mandatario de EE.UU. ya es de los peores presidentes en cuanto al trato a migrantes mexicanos al haber deportado a más de dos millones. Dijo que enviarlos a México es mandarlos al sacrificio ya que allá no hay condiciones para que se desarrollen, debido a un gobierno corrupto que no crea los empleos ni satisfactores que requiere el pueblo.
(29 de marzo, 2014, Los Ángeles).- Andrés Manuel López Obrador urgió al presidente Barack Obama a no deportar a más mexicanos y a cumplir su palabra de realizar la reforma migratoria. Dijo que hasta ahora es de los peores presidentes de Estados Unidos en cuanto al trato que da a los migrantes mexicanos y que de seguir así pasará a la historia como un racista y discriminador.
En el palacio municipal de la ciudad de Los Ángeles –la capital mexicana de la Unión Americana–, el tabasqueño dijo que deportar es violar los derechos humanos y mandar a los expulsados al sacrificio y dejarlos sin futuro, porque en México no tienen posibilidades de salir adelante debido a un gobierno que no crea oportunidades para ellos y para el pueblo ya que es corrupto y sólo sirve a unos cuantos, a la mafia del poder.
“Si Obama no cumple, siempre vamos recordar que llegó a la Presidencia engañando a los migrantes. Ojalá y yo tenga que rectificar y me equivoque. Ojalá y Obama, en el tiempo que le queda de presidente, asuma su responsabilidad y más allá de la oposición de derecha, conservadora, resuelva defender a los seres humanos que vienen a trabajar, a buscarse la vida a este país”, dijo López Obrador.
Habló ante unas dos mil personas –entre indocumentados, amas de casa, estudiantes, empresarios, obreros y ex braceros– y en la parte final de su discurso de 35 minutos abordó el tema migratorio: “Hasta ahora, si las cifras no mienten, Obama ha sido de los peores presidentes de EE.UU. en cuanto al trato que ha dado a los migrantes ya que van más de dos millones de deportados”.
“Ningún otro presidente de EE.UU. había deportado a tantos mexicanos. Con mucho respeto pedimos que se aplique la reforma migratoria, porque de lo contrario vamos a subrayar ahora y siempre que mintió, que no les cumplió a los migrantes. Va a pasar a la historia como el presidente más discriminatorio de EE.UU. y eso será sanción histórica”.
“No queremos –agregó– incluirlo en la lista de los presidentes racistas, es mejor que cumpla con su palabra y que resuelva el problema de los mexicanos que viven y trabajan en EE.UU.”, manifestó.
Allí estaba la madre joven con su hijo en brazos o en carreola, el mexicano que abrió brecha a la izquierda mexicana desde los años setenta en Los Ángeles, el joven brioso con la camiseta de Morena [Movimiento Regeneración Nacional]. Allí estaba también el luchador de la guerra de Vietnam y el académico universitario progresista. Todos lo miraban con atención y –como dijo el tapatío Raúl Meza, quien tiene una tienda de mofles en Fontana–: “AMLO es lo único que queda para salvar a México. Es el gran líder”.
Y López Obrador seguía hablando. La culpa, agregó, no sólo es de Obama sino también del gobierno mexicano: “Millones no estarían aquí si en México hubiese desarrollo, empleos, se garantizara el bienestar para los mexicanos. Muchos de los que están aquí vienen por necesidad, no por gusto, porque vienen a buscarse la vida como exiliados por la injustica en nuestro país”.
Pero recordó a Obama que debe tener en cuenta los derechos universales, que tenga en mente a ese gran presidente, Franklin Delano Roosevelt, “el mejor presidente que ha habido desde mi punto de vista en este país. Él garantizó los derechos de todos los ciudadanos del mundo. No se puede discriminar a nadie, no se puede deportar a nadie cuando a lo que vienen a EE.UU. es a buscarse la vida”.
El líder de Morena estuvo dos días en Los Ángeles. Ayer habló en la Universidad de Northdridge y aseguró que, si el pueblo lo pide, será aspirante presidencial en la próxima contienda.
“No somos rebeldes sin causa”
Hoy, habló en la explanada de la alcaldía angelina, donde despacha el mexicoamericano Eric Garcetti, también de corte progresista.
López Obrador llamó a los migrantes mexicanos a sumarse al proyecto de Morena, que se propone la cuarta transformación mexicana –las previas fueron la Independencia, la Reforma y la Revolución– para que haya justicia, democracia plena y no simulación, no víctimas del círculo de la pobreza y la falta de oportunidades y seguridades, y para terminar con los políticos y empresarios corruptos que tanto sangran al país y se enriquecen con patrimonio del pueblo.
La mayor parte de su alocución la dedicó a hablar de su movimiento contra el orden establecido en México, a combatir a priistas y panistas por corruptos, a cambiar el sistema económico, a transformar a México. Y resaltó: “No somos rebeldes sin causa”.
Señaló que en la última elección logró 16 millones de votos y ahora su propósito es lograr 30 millones de votos, suficientes para que en el resultado comicial no vaya a haber trucos ni “marranadas fraudulentas”.
Precisó que siempre buscará los cambios por la vía pacífica, “jamás por la violencia como creen algunos, quienes consideran que la situación está tan descompuesta en México, que sólo por la vía armada va a ser posible quitar el poder a los priistas”.
López Obrador también consideró que la espiral de violencia que flagela a México no va a cesar mientras exista el modelo económico neoliberal privatizador, “que está hecho para concentrar la riqueza y producir una enorme masa de pobres, como ocurre desde hace 30 años, cuando desde los 80 se instauró ese modelo, con el entonces presidente Miguel de la Madrid”.
Vistas así las cosas, López Obrador cree que al gobierno no le interesa atacar a fondo las causas de la violencia –la pobreza, la falta de empleos, de oportunidades, de justicia distributiva– sino enriquecer a pocos, entregar los recursos de la nación a particulares, a trasnacionales, y engrandecer la corrupción, como parte del modelo neoporfirista.
En ese sentido, dijo que de un presupuesto nacional de 4 billones de dólares, al menos el 10 por ciento se lo roban anualmente las castas de políticos sucios, esto es unos 40 mil millones de pesos. Políticos, además, que gozan de los ingresos más altos del mundo. Un político mexicano, agregó, percibe más dinero que uno estadounidense.
En cambio, hace un año a un productor de maíz de Michoacán le pagaban a 4.52 pesos el kilo y ahora sólo a $2.50, como se lo denunciaron en días pasados durante una gira de trabajo por esa entidad. Ésa es apenas una parte de un cuadro complejo de injusticias a un pueblo afectado por la violencia de los criminales y de los corruptos del gobierno.
Por eso López Obrador se propone transformar a la nación. A lo mejor le alcanza vida para lograrlo o a lo mejor deja el camino abonado para que las nuevas generaciones continúen con esta obra necesaria para que en México haya auténtica democracia, amor entre sus habitantes, entre las familias, y sentido real de ayuda al prójimo.
Recordó en ese sentido al extinto Nelson Mandela, quien tuvo una lucha de 50 años contra el apartheid y la democracia, 27 de los cuales estuvo preso, pero a final de cuentas salió adelante y ahora es un ícono de las más sentidas y sensibles causas de los seres humanos.
Dijo que la izquierda terminará ganando. Y por eso definió que ser de izquierda es ser de buenos sentimientos y honesto, pero no la pseudoizquierda del PRD que se alió con lo peor de México, los priistas y panistas en el Pacto por México, al que llamó Pacto contra México.
“La diferencia entre los panistas Fox y Calderón y los priistas Salinas, Zedillo y Peña Nieto es que unos son ladrones y los otros rateros. A cual más sinvergüenzas”. Contra ellos, todo. Ésa fue su consigna.
López Obrador salió entre apretones, porque la gente se arremolinó en torno de él gritando “Es un honor, estar con Obrador”.
“Te estaremos esperando”, le gritaron.
Ya de salida, dijo que está recuperándose del infarto sufrido, y comentó que le “recomendaron los médicos que para terminar de recuperarme me hace bien que traiga a mecate corto al corrupto de Peña Nieto, el copetón arrogante”.
