Alejandro Domínguez / Milenio
(30 de diciembre, 2013).- En un sitio de la Selva Lacandona, el subcomandante Marcos esperaba a sus invitados, los que le harían la primera entrevista frente a una cámara desde el levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Habían pasado unos cuantos días desde aquel 1° de enero de 1994.
El mundo tenía los ojos puestos en el hombre del pasamontañas. Había dudas, sospechas, teorías de todo tipo sobre el hombre alto y criollo -así lo veía el país- que bajo una máscara, era la voz del ejército de los indígenas chiapanecos.
Epigmenio Ibarra, periodista y productor, sería el encargado de la primera gran entrevista a Marcos, hace ya 20 años. Durante varios días viajó, acompañado de varios periodistas, por la Selva Lacandona. Phillipe de Saint Phalle, el camarógrafo que lo acompañó y que había sido también el primero en tomar imágenes del levantamiento la mañana del 1° de diciembre, contó en una entrevista cómo los recogieron en un hotel en San Cristóbal de las Casas. Los subieron a una camioneta y por ratos les vendaban los ojos. No sabían a dónde iban. Durmieron en algún lugar de la Selva Lacandona, y caminaron durante horas resguardados por un grupo de zapatistas. A ratos los iluminaban con lámparas de mano, a ratos con la luz de las luciérnagas.
Estaban sorprendidos, impactados, emocionados, contó De Saint Phalle hace unos años. Ibarra vio al Marcos encapuchado, a la comandante Ramona y a otros insurgentes. Grabó la que sería la entrevista con la que el subcomandante Marcos se dio a conocer al mundo. Una charla larga en la que Ibarra logró -con Marcos- transmitir una historia que empezaba.
Marcos platicó con Epigmenio y expuso detalladamente las exigencias del EZLN. Le contó del movimiento zapatista y cómo sus orígenes provenían de la experiencia revolucionaria sudamericana y de las estrategias de guerra de Pancho Villa. Incluso hubo un juego de palabras.
“Esta es la primea entrevista… De repente yo le digo a Marcos: ‘ya no te voy a hacer preguntas, te voy a decir palabras’”, cuenta Ibarra por teléfono a MILENIO Digital.
Los otros periodistas eran de medios escritos. Sólo Epigmenio y su camarógrafo tenían la posibilidad de hacer una entrevista de difusión masiva y para el mundo.
Epigmenio había sido corresponsal de guerra, había cubierto durante años la Guerra de El Salvador en los años ochenta. Había estado en Nicaragua, y había dejado el periodismo, hasta cierto punto. Ahora era un productor de televisión, pero había conseguido ser el primero en llegar a Marcos. La entrevista se transmitiría en Televisión Azteca. Dos años después Epigmenio comenzaría a revolucionar las telenovelas mexicanas con “Nada Personal”.
Para la entrevista con Marcos Epigmenio hizo un juego de colores. En momentos, la imagen de Marcos aparece en blanco y negro; en otros, algunos detalles se presentan en rojo. Jugó con el contraste del pasamontañas oscuro de Marcos y los tonos claros de la región selvática donde se grabó la entrevista.
En febrero, Epigmenio Ibarra reunió a un grupo de intelectuales y artistas mexicanos para mostrarles la entrevista.
“La vimos en un pequeño gabinete de edición con García Márquez con (Carlos) Fuentes, con Luis Villoro, con el entonces corresponsal de El País en México, Antonio Caño, y con Juan Luis Cebrián. Lo que era más impresionante era ver el rostro de estos personajes mirando la entrevista y sorprendiéndose con Marcos, lo que decía Fuentes, lo que decía García Márquez, estaban ahí con (Carlos) Payán, todos apretados en el cubículo viendo las casi dos horas de entrevista”, dice Ibarra.
Todos, impactados ante lo que acababan de ver, esperaban que a través de TV Azteca la gente viera, conociera y entendiera la lucha de Marcos.
“La íbamos a transmitir, en Televisión Azteca y de repente Ricardo (Salinas Pliego) nos dijo: ‘yo no le voy a dar pantalla a estos cabrones’”.
El día del levantamiento, cuando De Saint Phalle había visto entre la multitud un hombre que parecía ser el líder del movimiento, se había acercado a él con su cámara a pedirle una entrevista. Se identificó como reportero de TV Azteca. Marcos había dicho: “para que te voy a contestar si eso nunca lo van a pasar”. Esa frase se volvió el tisser perfecto para la entrevista ahora vetada.
Después de la llamada del dueño de la televisora los intelectuales movieron sus ligas. La entrevista no podía quedarse archivada.
“Y entonces Carlos Payán se fue con Don Joaquín Vargas, quien tomó una decisión valiente y dijo: ‘por mis huevos esta entrevista se transmite’. Así pasó al aire por Multivisión el programa que se llamó ‘Chiapas, la historia a fondo’”.
Carlos Fuentes tomó el teléfono y le habló a gente de CNN Internacional, mientras que Juan Luis Cebrián habló con Canal Plus de España y Canal Plus de Francia. Todos pasaron la entrevista simultáneamente.
Epigmenio recuerda aquel encuentro y a Marcos con un discurso deslumbrante. Le impresionaba su comportamiento cuando se movía entre los indígenas como pez en el agua.
“Un mestizo entre indígenas, asumiendo liderazgo y siendo respetado… Definiendo la línea política de la organización, de una manera audaz… Primero, (Marcos) apela a la verdad, hace descripciones descarnadas, profundas de lo que sucede en el país y especialmente en Chiapas y especialmente con los indígenas, era muy provocador, movía a la reflexión; segundo, lo hacía en un lenguaje poético que desnudaba la realidad y la presentaba con un color que no te permitía eludirla; y tercero, tenía ribetes de humor negro que te hacían reflexionar gravemente. Es un hombre lúcido, con una enorme ironía y que tuvo un papel centralísimo en la historia de México y en la historia de América Latina, muy pronto Marcos deslumbró a los extranjeros”.
Para Epigmenio Ibarra que ha cubierto guerras y filmado a grupos guerrilleros, el EZLN “es un grupo extraordinariamente distinto”.
“Estábamos esperando que algo reventara, lo que nunca nos imaginamos fue el carácter único del EZLN… Sorprendió a los aparatos de inteligencia, a Carlos Salinas de Gortari, a los priistas y a los panistas… La toma de San Cristóbal, fue una operación para inscribirla en los manuales de la historia militar, por la cantidad de personas involucradas en guardar un secreto”, dice Ibarra.
Ibarra era uno de esos que esperaba que algo pasara. No sabían cuándo, no sabían cómo, no sabían de qué tamaño.
Al periodista y productor sorprendió el hecho de que los indígenas se hayan desplazado cientos de kilómetros en distintas carreteras chiapanecas con el apoyo de la población civil y considera que ese movimiento fue causante, unos años después, de la alternancia en el gobierno mexicano.
“No hay apoyo extranjero”, le aseguró Marcos en la entrevsita, “lo decisivo en una guerra no es el enfrentamiento bélico sino la política que se pone en juego… Salimos para hacernos escuchar, no para matar ni para hacernos matar… Nuestra fuerza militar está intacta y creció, no obstante el número de bajas”, planteó el subcomandante en esa primera entrevista a Epigmenio Ibarra.