Waldemar Aguado / @Walo3_0
Todos los días entras a un Facebook saturado de publicaciones de tus amigos; frases, fotos y videos, que a veces son propios y otras veces son sólo cosas que te gustan y quieres compartir.
Los “likes”, para algunos, se han convertido en la moneda de la satisfacción social, al menos en las redes sociales, incluso hay quienes publican constantemente “selfies” para sentirse mejor al recibir “likes”.
Hay personas que publican lo que hacen durante el día, fotos del cine, de la comida, del gym, con la(el) novia(o); o frases que expresan lo felices o tristes que se sienten.
Las redes no tienen reglas definitivas, cada quien las usa a su gusto, y no es que sea malo o bueno, sino cómo afecta a los demás lo que se publica.
Algunos comparan la vida de los demás con la suya a través de Facebook, generando, a veces, una falsa impresión de que tu vida es miserable al lado de la de los demás; esto se intensifica cuando se está pasando por momentos difíciles.
La realidad es que la vida de las personas no es tan blanca ni tan negra como la vemos en las redes sociales, y no debería afectar a los demás.
En Michoacán 3.0 les presentamos un corto de los hermanos Higton, que muestra la vida de una persona en contraste con sus publicaciones en Facebook.
