Escalada en Siria: bombardeos israelíes, represión gubernamental y el levantamiento de los drusos

La violencia ha vuelto a encenderse en el sur de Siria. En la ciudad de Sueida, de mayoría drusa, se rompió el frágil alto al fuego tras enfrentamientos entre facciones drusas locales y el Ejército sirio. La respuesta del gobierno no se hizo esperar, y en medio de la represión, Israel aprovechó para intensificar sus ataques en la región bajo el pretexto de “proteger a los drusos”.

Mientras la tensión se recrudece, Israel bombardeó este miércoles instalaciones militares sirias en Damasco y redobló su presencia en la frontera. Los ataques alcanzaron incluso zonas cercanas al Palacio Presidencial, en lo que parece ser una escalada deliberada. El gobierno de Tel Aviv asegura actuar para “preservar la seguridad” de la comunidad drusa, aunque sus ataques parecen responder más a su interés estratégico en el suroeste sirio.

El conflicto interno que encendió la chispa

La actual crisis se desató tras una serie de secuestros y venganzas entre tribus beduinas suníes y milicias drusas en Sueida. La intervención del gobierno sirio, lejos de calmar los ánimos, derivó en enfrentamientos directos con los drusos. Videos en redes sociales documentaron abusos por parte de ambos bandos: humillaciones a líderes religiosos drusos por parte de soldados del régimen, y ejecuciones sumarias de militares capturados a manos de los insurgentes.

Las cifras de muertos varían dependiendo de la fuente. Mientras el Ministerio del Interior de Siria reconoció apenas 30 muertes, el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos reportó más de 250 fallecidos hasta la mañana del miércoles, incluyendo menores, mujeres y decenas de soldados.

¿Quiénes son los drusos y por qué son clave?

La comunidad drusa, con raíces en el islam chií-ismailí, ha mantenido históricamente una posición ambigua en Siria. Aunque su presencia es mayoritaria en regiones como Sueida, también se encuentra en el Líbano, Israel y los Altos del Golán ocupados. En Israel, son vistos como una minoría leal que incluso forma parte del Ejército. En Siria, sin embargo, enfrentan tensiones constantes con el poder central: algunos buscan la autonomía, otros piden integrarse, pero todos desconfían del aparato represivo de Damasco.

Respuesta del régimen: fuerza y retórica

El nuevo presidente sirio, Ahmed al Sharaa, acusó a los grupos armados drusos de romper el alto el fuego y prometió castigar con firmeza cualquier desafío. “Estas acciones criminales no pueden tolerarse. Quienes estén detrás, responderán ante la ley”, declaró.

El Ejército sirio justificó sus operaciones en Sueida como una medida para “proteger a los civiles”, pero los ataques aéreos israelíes en Damasco complicaron aún más el panorama. Según medios estatales, tras los bombardeos, se logró un nuevo acuerdo de cese al fuego y se instalaron puestos de control para reintegrar Sueida al control del Estado.

Israel eleva la apuesta militar

El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, advirtió que seguirán atacando “hasta que las fuerzas del régimen se retiren del área” y amenazó con intensificar las operaciones. Netanyahu, por su parte, reafirmó su “compromiso” de mantener desmilitarizada la región suroeste de Siria y proteger a los drusos.

Sin embargo, los objetivos de los ataques del miércoles revelan otra lógica: fueron alcanzados un complejo militar en Damasco, instalaciones cerca del Palacio Presidencial y objetivos alrededor de la residencia del mandatario sirio.

El mundo observa en silencio… o en complicidad

La reacción internacional ha sido tibia. Estados Unidos, a través del secretario de Estado Marco Rubio, expresó su “preocupación” por la violencia y llamó a una desescalada. Afirmó que se trataba de un “malentendido” entre comunidades locales, minimizando el papel de Israel.

Turquía fue más contundente al señalar los ataques como un “sabotaje” contra el nuevo gobierno sirio, mientras que Rusia calificó la acción israelí como “inaceptable”, aunque no anunció medida alguna.

¿Paz o nuevo frente de guerra?

Con la región sumida en una espiral de violencia y los actores regionales aprovechando el caos para reposicionarse, la pregunta no es si habrá más enfrentamientos, sino cuándo. La situación en Siria, lejos de resolverse, parece estar al borde de una nueva guerra encubierta, donde los discursos de defensa humanitaria encubren intereses militares y geopolíticos.

16 julio, 2025

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