Se sabe que un grupo de 7 músculos del rostro humano es el encargado de expresar la emoción de furia. Estos 7 componentes cooperan en conjunto para producir señales determinantes de odio o agresividad, entre las cuales destacan las cejas fruncidas, los labios muy comprimidos, y los orificios nasales muy hinchados, informa el portal News.ucsb.edu.
La investigación consistía en tomar imágenes digitales de una facción humana y transformarla en dos: una con un semblante con las cejas fruncidas y bajas y en la otra elevadas. Después estas modificaciones fueron mostradas a los participantes del estudio, quienes confirmaron que las cejas bajas y fruncidas crean la ilusión de una persona físicamente fuerte.
“Tan solo esta diferencia, aunque no aparezcan otras señales de agresividad, atribuye más fuerza física a sus portadores”, sostiene Aaron Sell. Los investigadores realizaron más pruebas con un semblante furioso y el efecto fue el mismo.
El rencor es una emoción que se provoca por el rechazo de aceptar una u otra situación, para la cual el rostro tiene que organizarse de tal modo que sea posible de intimidar a otra persona si no aceptan nuestras condiciones. “Es algo semejante a lo que pasa con los animales”, aboga la coautora de la investigación, Leda Cosmides, profesora de Psicología de la Universidad de California en Santa Bárbara.