Sexualidad


¿Existe o no la eyaculación femenina?

Foto: Thinkstock

Las teorías acerca de la naturaleza de esta expresión corporal no son definitivas. Existe información contradictoria al respecto.

Tradicionalmente la sexualidad de la mujer ha sido menos estudiada y comprendida que la del varón. En consecuencia, el orgasmo está lleno de mitos y tabúes, algunos tan arraigados que complican entender determinados procesos, como la eyaculación femenina.

A grandes rasgos, la eyaculación femenina se define como la expulsión, a veces con fuerza, de una cantidad variable de fluido a través de la uretra durante el orgasmo; el líquido puede ser claro o lechoso, y es generado por las glándulas de Skene o parauretral, equivalentes fisiológicos de la próstata masculina.

Las teorías acerca de la naturaleza de esta expresión corporal no son definitivas. Existe información contradictoria al respecto, pero los especialistas han llegado al consenso de que toda mujer podría eyacular, aunque necesita experimentar un orgasmo muy fuerte e intenso para lograrlo.

“El líquido eyaculado por mujeres es bioquímicamente similar al de los hombres y es producido por la glándula de Skene, que se encuentra entre las paredes de la uretra y vagina. Dicha estructura anatómica es variable tanto en tamaño como en capacidad de secreción”, explicó Georgina Núñez Solís, terapeuta sexual.

Al respecto, los sexólogos de amplia experiencia Rinna Riesenfeld y Luis Perelman, consideraron probable que todas las mujeres tengan la capacidad de eyacular, pero, subrayaron, pocas descubren este placer por la escasa educación sexual.

“El potencial existe, pero algunas mujeres llegan a reprimirse debido a que creen que el líquido excretado es orina, en tanto que otras temen perder el control, disfrutar de la sexualidad, autoexplorarse y conocerse en este terreno, lo que les dificulta, incluso, alcanzar el orgasmo”.

Anatomía 

La eyaculación nace en el punto G, la “próstata” femenina, estructura que es la parte interna del clítoris, describió Núñez Solís.

“Si tuviéramos visión de ultrasonido podríamos apreciar una elongación detrás del glande del clítoris, encima de la vagina y canal uretral (el ducto que lleva la orina desde la vejiga). Dicho tejido está rodeado por ciertas glándulas (de Skene) que producen el líquido eyaculatorio y contienen conductos que lo expelen a través de la uretra”.

El tejido descrito está considerado por algunos especialistas como la fuente de la eyaculación femenina. El punto G se estimula durante el orgasmo y emite cierta cantidad de fluido por la uretra. Tan es así que las variaciones apreciadas por las mujeres, desde las que no eyaculan hasta las que “mojan la cama”, dependen de la cantidad eliminada al exterior y la apreciación subjetiva del mismo.

La experta en sexualidad y terapia de pareja advirtió que no todas las mujeres experimentan la eyaculación, hecho que ha influido en que sea poco estudiada y conocida. Sin embargo, aclaró que no se trata de una enfermedad.

Dudas 

Libros como el Kama Sutra hacen referencia al “semen” femenino, igual que lo hizo el médico griego Hipócrates. Aunque hay quienes sostienen que estas descripciones pudieran referirse a las secreciones vaginales cotidianas, existen otras referencias hacia algo más parecido a la eyaculación. Por ejemplo, en el siglo XVII, el médico y anatomista holandés Regnier De Graaf hablaba de “un líquido que chorrea de las partes pudendas”.

Durante el siglo XX, Ernst Gräfenberg, médico alemán que dio su nombre al controvertido punto G, atrajo la atención hacia la eyaculación femenina en un informe dado a conocer en 1950 en The International Journal of Sexology (Revista Internacional de Sexología). “Esta convulsa expulsión de fluidos ocurre siempre en la cúspide del orgasmo y simultáneamente con él”, escribió en la publicación, y añadió: “en ocasiones la producción de líquido es tan profusa que es necesario extender gran toalla bajo la mujer para evitar que las sábanas se manchen”.

Las dudas respecto a la eyaculación femenina radican en que, al ser una expulsión de líquido, se confunde con orina. Por ello los investigadores se han dividido entre los que consideran que es producto de incontinencia urinaria y los que aprecian que durante el orgasmo se emite fluido que difiere de la lubricación vaginal.

El líquido de la eyaculación femenina ha sido descrito por algunas mujeres como menos espeso que el semen, pero más viscoso que el agua o la orina. Además, su consistencia es mucosa y de color blanco.

No es orina

“Tras estimular el punto G, éste se expande y presiona las glándulas de Skene contenidas en la esponja uretral, y así es como expulsan el líquido. La sensación no es igual a la de orinar, además, el fluido es blanquecino, más espeso y huele distinto; químicamente está compuesto por glucosa, su PH es mayor al de la orina y contiene menor cantidad de urea y creatinina”, detalló Georgina Núñez.

Calificó como importante tomar en cuenta que los análisis bioquímicos indican que la “próstata” femenina produce antígeno prostático específico del mismo modo que su similar masculina.

La especialista agregó que tanto hombres como mujeres deben saber que la eyaculación es un proceso normal, “algunas tienen expulsión abundante del fluido y eso las puede incomodar, incluso a su pareja, pues muchos varones no están acostumbrados a dicha experiencia”.

Mencionó que la cantidad de líquido expulsado depende de factores hormonales, del momento del ciclo menstrual en que se encuentre la mujer y la fuerza que tengan los músculos pélvicos para poder lanzar un chorro modesto o abundante. Otra observación importante es que la eyaculación arrojada desde la “próstata” femenina puede tomar dos rumbos: ir hacia la abertura uretral y ser notoria, o retrógrada y depositarse en la vejiga.

De acuerdo con Milan Zaviacic, profesor de Medicina Patológica y Forense de la Universidad de Bratislava, Eslovaquia (Oeste de Europa), la “próstata” femenina tiene dos funciones, además del placer puro:

· Exocrina. Se encarga de manufacturar, almacenar y emitir el fluido eyaculatorio.

· Neuroendócrina. Consiste en producir hormonas y serotonina (químico cerebral que proporciona bienestar).

Por su parte, estudios realizados en la Universidad de York en Toronto, Canadá, han revelado que su propósito es evolutivo: uretra y vagina comparten pared virtual (el piso del canal uretral es el techo de la vagina) y, por tanto, la glucosa de la eyaculación es absorbida por la vagina y crea ambiente de soporte para el esperma (reproducción).

Es probable que las mujeres que tienen eyaculación durante el orgasmo se sientan un poco incómodas; por tal razón la evitan, como si fuera especie de suciedad, situación embarazosa o vergonzosa. Sin embargo, quienes están informadas sobre este hecho suelen disfrutar la sensación y, si la pareja entiende el proceso, se vive con goce porque resulta erótico y estimulante.

Fuente: Vanguardia 

26 marzo, 2014
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