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El impuesto al consumo de refrescos logró disminuir 6 por ciento la ingesta de estos productos, asegura una investigación del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), cuya metodología y resultados fueron revisados por seis expertos internacionales.
Los datos que en breve se publicarán en una revista internacional corroboran las previsiones que desde la academia se plantearon a las autoridades sobre los beneficios de la medida fiscal, como una de las vías para combatir el sobrepeso y obesidad en el país, se informó esta mañana en una conferencia organizada por la Alianza por la Salud Alimentaria.
Juan Rivera Dommarco, investigador del INSP y uno de los autores del estudio, explicó que la información contraria que la industria refresquera difundió en días pasados, considera la venta de bebidas que son sujetas del impuesto junto con las que están exentas y de ahí la conclusión de que el consumo de estos productos tuvo una disminución mínima, de 2.5 por ciento.
El especialista señaló que efectivamente, aumentó la compra de bebidas que no son sujetas de la medida impositiva, mientras que las que tienen azúcares añadidos reportaron un descenso, lo que comprueba la efectividad del gravamen.
Por su parte, Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor, señaló que una explicación sobre los datos que han dado las empresas se podría desprender del registro fiscal que a partir de este año se tiene de la venta en las tiendas pequeñas en las colonias y que de acuerdo con información oficial, son más de un millón de establecimientos en el país.