Luego de promover por meses diversos recursos legales para evitar su enjuiciamiento, finalmente el Diego U. deberá someterse a juicio oral por el feminicidio de la joven profesora, Jessica González Villaseñor.
Este martes la magistrada Laura Elena Alanís García, en audiencia pública resolvió como infundados los agravios esgrimidos por Diego en el recurso de apelación promovido contra la resolución emitida –el pasado tres de diciembre- por el juez de control Fernando Hernández Hernández sobre la admisión de medios de prueba.
Por vez primera en audiencia Diego estuvo acompañado de un familiar. Su padre accedió al área en que se ubican las partes durante un juicio, bajo el argumento de que fungiría como asistente del abogado defensor.
La tensión se hizo manifiesta en la Sala de Oralidad número siete, debido a que por primera vez Diego intervino ampliamente haciendo uso de la voz. Verónica Villaseñor Ferreyra –madre de Jessica- también habló en un par de ocasiones.
Cabe recordar que Jessica salió de su casa el 21 de septiembre de 2020 para reunirse con Diego y jamás volvió. La mañana siguiente su familia reportó su desaparición y cuatro días después su cuerpo fue localizado a 500 metros de la barda perimetral del Fraccionamiento Bosque Monarca –en el que él habitaba-, estaba desnuda de la cintura para abajo, con la blusa hacia arriba descubriendo sus senos y las piernas abiertas. La necropsia reveló 31 golpes en diferentes partes de su cuerpo, además de lesiones interiores en la vagina y el edema cerebral que le provocó la muerte.
Tras su detención, y a lo largo de 15 meses que duró la etapa previa al juicio oral, Diego cambió constantemente de abogados postergando así la realización de audiencias, también promovería amparos contra la vinculación a proceso y contra la negativa de la Fiscalía General del Estado y las víctimas indirectas de que se realizara un procedimiento abreviado, los cuales no prosperaron.
El siguiente paso fue recurrir la determinación del juez Fernando Hernández, sobre la admisión de pruebas que pretendía la defensa en la audiencia en la que se mandató realizar la apertura del juicio oral.
Este martes Diego y su defensa debían aportar a la magistrada elementos adicionales a los entregados por escrito, para argumentar el por qué el juez de control violó su derecho al no admitir una prueba el pasado tres de diciembre, fecha en que legalmente había pasado el momento procesal para hacerlo.
Fue entonces que Diego habló. De entrada pidió la reposición total del proceso bajo el argumento de que no sabía de qué se tenía que defender.
“El juez debió velar por mi derecho de garantía de defensa; mi segundo defensor estuvo filtrando información a la Fiscal, Mónica Chávez, hay un video al respecto en donde incluso se mofa, el abogado me mintió, me sacaron muestras de sangre bajo el pretexto del Covid cuando en realidad se usaron en pruebas periciales”, refirió Diego.
Y abundó: “Yo quiero expresarme, quiero hablar, le dije al primer abogado que tenía que hablar y él me dijo que no, que mi derecho era a quedarme callado; el segundo abogado se coludió con la Fiscalía”.
Las palabras de Diego generarían indignación en los familiares de Jessica, su hermano mayor abandonó por momentos la sala. Previo a la audiencia ya se había registrado un momento de tensión cuando el padre de Diego, pasó al costado de la familia de la joven profesora, prodigándoles sonriente un “muy buenos días”.
La magistrada otorgó el uso de la palabra a Verónica Villaseñor, madre de Jessica quien consideró absurdo que en año y medio de proceso Diego argumentara no estar enterado de lo que se le acusaba, “en cada audiencia el juez siempre le preguntó si entendía y quería hablar; él no está en desventaja, más de año y medio, más de ocho abogados y dice que no sabe. Aquí el único que sabe toda la verdad es él”.
Nuevamente Diego habló para advertir que tenía dos denuncias que hacer: “El 30 de septiembre de 2020, elementos de la Fiscalía privaron de la libertad y torturaron a mi padre con la Fiscal aquí presente, eso es un delito”, subrayó.
Diego también argumentó que en prisión lo tratan mal, ya que no le han permitido ver los videos que integran su denuncia, para así poder defenderse.
También acusó que se está manchando su honor con las marchas y plantones en las que se usa su imagen manchada de sangre, “que se revisen estas acciones, porque esto viola mi derecho a la privacidad; con eso hay violaciones fundamentales a mis derechos que solo genera impunidad, el exgobernador me utilizó como un trofeo y no voy a dejar que se me enjuicie por cincuenta años, tengo derecho a defenderme”.
Verónica Villaseñor le refutó: “tú no le diste un segundo a mi hija para defenderse, tú papá tiene la carpeta, ahí están las pruebas ¿qué pretendes?”.
Para emitir su fallo, la magistrada Laura Alanís declaró receso de una hora, tras lo cual se reanudó la audiencia para escuchar sus razonamientos y determinación.
La magistrada recordó que el actual defensor de Diego asumió funciones el 24 de noviembre de 2021, por lo que solicitó diferimiento para poderse hacer de la carpeta de investigación a lo que el juez Fernando Hernández concedió el aplazamiento de diez días para otra audiencia, misma que se celebró el tres de diciembre. Ahí la defensa pidió moción para que se admitiera una prueba nueva pese a que la etapa procesal para ello ya había pasado.
“No podemos aceptar como prueba nueva aquella que no se presenta en la etapa correspondiente, el órgano jurisdiccional no le puede imponer al defensor qué hacer o no hacer, hubo pérdida de oportunidad, por lo que yo no observo deficiencia técnica ni en la anterior defensa ni en la actual”.
Cabe apuntar que la referida prueba que la defensa buscaba incorporar, está contenida en la carpeta de investigación y se relacionada con el teléfono celular de Jessica, el cual nunca fue localizado y registró actividad luego de la detención de Diego, ya cuando el cuerpo de la víctima había sido localizado.
Sobre el trato a Diego al interior del penal, la magistrada apuntó que si bien son hechos que no se pueden permitir, éstos no inciden en el hecho de que el juez haya determinado no admitir la prueba fuera de tiempo.
La magistrada tampoco consideró que el presunto acto de tortura contra el padre de Diego tuviera relación con el recurso de apelación promovido por la no admisión de una prueba, lo mismo que la afectación a la imagen del acusado.
Es así como Laura Alanís, determinó como infundados los motivos del agravio esgrimidos por Diego y su defensa, confirmando la decisión emitida por el juez de control, por lo que levantó la suspensión que se había declarado sobre el proceso, y ordenó que de manera diligente se proceda al juicio oral.
No obstante, la magistrada no dejó pasar por alto alguno de los aspectos referidos por Diego. En el caso del trato que recibe al interior del penal, determinó dar vista al juez de ejecución de sanciones para que proceda al respecto, mientras que, en el de la presunta tortura a su padre, ordenó hacer del conocimiento de la Fiscalía el asunto para que se investigue.
Por lo que respecta a la afectación que Diego refiere se hace de su imagen en marchas y plantones, la magistrada le recordó que tiene a salvo sus derechos para proceder legalmente si así lo decide.