(05 de enero, 2015).- Los investigadores Jorge Antonio Montemayor Aldrete, del Instituto de Física de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y Pablo Ugalde Vélez, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), plantel Atzcapotzalco, trabajan sobre la hipótesis de que los 43 normalistas de Ayotzinapa, Guerrero, pudieron ser incinerados en crematorios del Ejército mexicano.
Dicha posibilidad surge luego de desmentir la versión de la Procuraduría General de la República (PGR), en la que se aseguró que los estudiantes fueron incinerados en un basurero de Cocula, Guerrero, pues a decir de Montemayor Aldrete, se requirieron instalaciones amplias y con morgue, como los crematorios modernos del Ejército o de alguna empresa privada.
En caso de comprobar su hipótesis, el experto indicó que debe aplicarse la Constitución y juzgar a los culpables, pues se trata de un horrendo crimen. “Si dejáramos pasar esto podríamos caer muy fácilmente en un Estado neofascista”, agregó.
De igual forma, Montemayor Aldrete manifestó que llegará hasta las últimas consecuencias con su investigación: “A mí me podrán matar, pero no me asustan”.
Los expertos revelaron que han comenzado a buscar información sobre la actividad de los crematorios militares, a través de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), además de las vías fiscal y la empresarial.
Debido a la falta de transparencia que caracteriza al Ejército, los investigadores tienen previsto recurrir a los datos de las compañías que brindan el servicio de gas a las instalaciones militares.
Según explicó el especialista de la UNAM, en una entrevista realizada por Sanjuana Martínez y publicada en La Jornada, el consumo para realizar una cremación humana es de 53.285 kilogramos de fluido. Es por esto que se busca examinar las cifras del uso de gas en el crematorio del Ejército.