Alejandro Baltazar / @Doncaracol3_0
Morelia, Michoacán.- En el año 2013 y ante la intensificación de la violencia en México, la legalización de la marihuana ha tomado el matiz de alternativa real para aminorar el poder de los grupos delictivos dedicados al trasiego de drogas desde el país a diversos puntos del mundo.
Por otra parte, los beneficios económicos en materia fiscal por la venta de marihuana serían sustanciales, tal es el ejemplo de los estados de Washington y Colorado, en los Estados Unidos, que tras la aprobación de la enmienda que permite la venta legal de la marihuana con fines recreativos se reportaron ganancias de hasta por 1 millón 200 mil dólares en el primer fin de semana.
Pero, al pensar en el entorno inmediato, sabemos que Michoacán se encuentra en la crisis más profunda, al menos, registrada en la memoria de muchos, lo que dificulta reflexionar sobre alternativas como la legalización o despenalización de la marihuana.
Pensar estas alternativas motivó la charla con Carlos Bustamante, maestro en Filosofía de la Cultura, por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo con trabajos en teoría crítica, filosofía de la educación y epistemología. Con el objetivo de problematizar el entorno social, político y económico michoacano en el que se podría implementar la legalización del cannabis.
Crisis social, grupos de autodefensa, carteles de la droga, corrupción, pobreza, rezago educativo, son algunos de los tópicos a considerar y una alternativa, la legalización.
-¿Qué estamos viviendo en Michoacán en relación a la inseguridad?-
La situación que estamos viviendo en Michoacán es caótica, creo que difícilmente la podemos diagnosticar con precisión, saber bien a bien los que está pasando, pues no se puede ubicar realmente quién manda a quién.
Yo realmente creo que los grupos de autodefensa que tienen, a mi parecer, mucha legitimidad, al menos en lo que se alcanza a ver de ellos. Que por otra parte sean un movimiento plenamente organizado y unitario, no lo sé, porque yo los escucho diciendo varias cosas distintas según quién los entreviste y según el día.
Y de lado del gobierno federal, del estatal no lo menciono porque no vale la pena, su estrategia es algo que va construyendo sobre las rodillas, según van viendo lo que funciona mejor o no, lo que me parece un caos.
-¿Es el peor Michoacán que has vivido?-
Estoy empezando a creer que sí, recordando una época particularmente crítica, estoy pensando en el 88 y en el 89 y hasta el 93 en torno a los conflictos electorales, donde nos tocó en Morelia un enfrentamiento directo entre un “plantón” del Frente Democrático Nacional y un “plantón” del PRI sobre avenida Madero, con pistolas y toda la cosa, parecía que el estado se iba a caer, estaban matando “frentistas” en diferentes puntos del estado.
Pero ahora, estoy comenzando a creer que no sabemos realmente quién está en contra de quién y eso es aún más caótico, estoy empezando a creer que es el peor Michoacán que me ha tocado vivir.
Socialmente, estoy presintiendo una desintegración social bastante amplia, estoy muy sorprendido en lo personal de ver en redes sociales, fotos, datos, de por ejemplo algunos de los sicarios del crimen organizado que son jovencitos de 16-17 años operando en las ciudades con buenos carros , ropa de marca, ya no esperaría encontrarme con el arquetipo del señor con sombrero y botas picudas. Una muchacha o muchacho de esas edades puede ser un sicario y eso me parece un signo de descomposición social muy importante.
-¿Ves una diferencia entre una foto de un chico de 16-17 años que es sicario y una de un chico de la misma edad que es autodefensa?-
Es bastante complejo, desde luego que piensas cosas distintas. A uno lo identificas como un sicario que puede aparecer en cualquier ciudad para realizar alguna tropelía y al otro lo puedes identificar como un jovencito o muchacha que vive en cualquier pueblo que en algún momento dice: “me lanzo” porque no ve otra opción.
Pero en segunda instancia no son tan diferentes, ambos serían jóvenes que deberían estar haciendo otra cosa, no tendrían por qué estar cargando armas.
Moralmente podríamos justificar a uno que a otro, pero sociológicamente es lo mismo, porque ambos están en lo mismo, en una guerra.
-Como alternativas ¿Necesitamos más Hipólito, más Estanislao, más Mireles?
Si vamos a pensar en soluciones que realmente lo sean, tendría que ser innecesario que hubiera otro Hipólito Mora o Mireles. Hace muchos años los zapatistas se definieron como un mal necesario y como un absurdo, todos los ejércitos son un absurdo dijo Marcos en una entrevista con Julio Sherer, y también dijo que fue la única forma de adquirir visibilidad, en pocas palabras, así los “pelaron”.
No tendría que haber más de este tipo de personas, pero al parecer esta es la única forma de que el Estado se aplique en sus funciones, que eso aún lo dudo, pero al menos sirve que otorguen más recursos.
-Golpear a los grupos criminales en el aspecto económico se ha planteado, hasta hace no tantos años la amapola y marihuana eran legales. ¿Michoacán está para pensar en la legalización de la marihuana como alternativa?
Para algunos la legalización sería un negocio, como el ejemplo Vicente Fox. Creo que, vistas las cosas en función a la violencia, y considerando que la marihuana es algo parecido a la base económica de los carteles podría resultar.
La mariguana es como la cerveza en las tiendas de alcohol, al dueño le importará vender licores más caros , pero sabe que lo que se le va a vender constantemente es la cerveza. Pienso que con la marihuana pasaría algo similar.
Para un capo de la droga lo mejor sería vender toneladas de drogas sintéticas pero sabe que la mariguana es un producto que le dará ingresos menores pero constantes.
Si se legalizara la mariguana con las modificaciones a las leyes mexicanas que hubiera que hacer, y con una política de estado bien conducida, que es justo lo que me cuesta trabajo creer , sí serviría la legalización y creo que de mucho, por desgracia a estas alturas no podemos decir que serviría de todo.
Hay que considerar, y Michoacán es una muestra de esto, que las mafias, los grupos de la delincuencia organizada son ante todo organizaciones empresariales clandestinas y sólo en segundo término son narcotraficantes. Cuando el narcotráfico se pone difícil hacen otra cosa, diversifican.
Sabemos ahora por prensa internacional que los templarios están exportando acero a china, eso es mucho mayor ingreso que las drogas. ¿Por qué lo hacen? En algún momento el mercado de las drogas se pone complicado, se asumen como empresarios y cambian de giro para sobrevivir, además sabemos que realizan tráfico de personas, el comercio sexual con personas muy jóvenes incluso niños.
Por desgracia eso no se puede terminar legalizando la marihuana, pero al menos legalizarla sería como quitarle “las chelas” al señor de la vinatería.
-¿México está listo para que los jóvenes tengan una sustancia legal más a su disposición?
No, no estamos listos. Pero esto sólo nos demuestra la magnitud del problema. Si no lo hacemos, los señores del crimen organizado seguirán disponiendo de ese ingreso, si lo hiciéramos por lo menos nos quitamos una parte, de algo servirá.
Pero, al mismo tiempo lo pensamos y si lo hacemos en este momento con el sistema educativo que tenemos, con los problemas sociales que tenemos ¿qué va a pasar? Una medida aislada no va a ser jamás la respuesta, se necesita hacer cosas más amplias que eso pero también tenemos que pensar en hacer eso.
No hay garantía alguna, sólo que se puede hacer a nivel local para evitar que menores no consigan marihuana haciéndose pasar por mayores de edad. Vemos lo que se hace con el tabaco y con el alcohol, pero si no lo hacemos seguiremos dentro de una espiral de problemas
Y en todo esto el Estado mexicano tiene que buscar que el fastidiado sea el crimen organizado, la población ¿por qué?
Si hay un temor de que los jóvenes vayan en desbandada a comprar marihuana, preocúpate por tener un buen trabajo educativo en esa área, creo que hay muchos lugares en México donde esto no pasaría, pero se necesitaría garantizar que esto sea así en el resto del país.
Un alcoholímetro o eventual “motímetro” en manos de una policía corrupta es exactamente lo mismo, puedes presumir que tienes la tecnología o la reglamentación pero el estado no se encarga de hacer funcionar y así llegamos al principio.