César Vázquez / @LetraMia
Morelia, Michoacán.-La Tenencia Morelos, donde fue capturado Servando Gómez Martínez alias ‘La Tuta’, es el refugio idóneo para que se oculten delincuentes y capos de poca monta, o peces gordos, como ocurrió con el máximo líder de Los Caballeros Templarios.
Con más de 100 mil habitantes, calles asimétricas y de complicado acceso por la pendiente en la que se sitúa, genera recodos idóneos para hacer guaridas perfectas desde donde se domina la vista para poder observar si algún tipo de autoridad se acerca en operativos.
Este polígono semiurbano, se localiza a pocos minutos de la capital Michoacana, lejos de las cámaras de seguridad, pero lo suficientemente cerca para tener toda la comunicación, contacto y control para establecer una base de operaciones criminales, sin duda un lugar mejor que los cerros de la sierra de Tierra Caliente, donde por años decían que buscaban a ‘La Tuta’.
La telaraña de calles en esta colonia es apenas una especie de estrategia promocional para ocultarse de los cuerpos de seguridad, la realidad es que esta zona está en completo olvido por la Fuerza Ciudadana, la Policía Estatal o ahora el denominado Mando Unificado.
Hay versiones de una vecina que asegura desde hace al menos en navidad ya se veía allí gente muy bien vestida, siempre afuera estacionadas un par de camionetas de lujo, una gris y una negra.
Le llamó la atención que en Navidad había un gran árbol navideño, nadie en la colonia tenía un adorno similar. Y hace un promedio de un mes, cuando se supone que ‘La Tuta’ celebró su cumpleaños, era sorprendente ver la cantidad de carne que se cocinaba en una gran variedad de asadores.
Prueba de que en la colonia Morelos es el mejor escondite, tanto por su orografía como por su abandono, acaso tal vez intencional, de las autoridades de seguridad.
Prueba de ello es que Servando Gómez Martínez se ocultaba en una casa de dos pisos localizada a 20 metros de la plaza principal, a menos de 100 metros de la jefatura de tenencia, y exactamente frente a la Casa Ejidal. Aun así, autoridades locales y vecinos aseguran que ‘nunca vieron nada sospechoso’.
Ahora transformada en colonia por decreto municipal, se dice que ya está rebasada por la mancha urbana, pero la única realidad es que apenas tiene dos calles de acceso a ese pequeño núcleo urbano.
Es memorable la cantidad de grandes fiestas con tambora, mariachi o norteño que de manera permanente se hacen en ese sitio, y que recuerda las ferias de pueblo donde una banda hace competencia con otra para determinar quién tiene más poder.
Si acaso el año 2013 fue el que marcó el clímax de la delincuencia en ese polígono olvidado por las autoridades. En mayo de ese año ocurrió un suceso que consternó a toda la capital michoacana y al país entero, el asesinato y desmembramiento de dos infantes de cuatro años de edad.
Los pequeños fueron arrojados al canal drenaje público, nunca hubo una información oficial de qué fue lo que realmente ocurrió, se habló de que un pariente de ellos, que padecía de sus facultades mentales había cometido el doble crimen, extraoficialmente todos los vecinos decían que se había tratado de un ejemplar ajuste de cuentas porque los pequeños eran medios hermanos y el papá era el objetivo; nunca se aclaró el crimen.
En noviembre de ese mismo año, dos cuerpos fueron decapitados y abandonados en la plaza pública de ese lugar, las cabezas luego fueron arrojadas en una banqueta cerca del mismo lugar.
Ese mismo año, en la víspera de Navidad, asesinaron al jefe de Tenencia mientras se preparaba para salir con su automóvil. Ya nunca más se nombró a otro jefe de Tenencia, ni se nombrará porque Wilfrido Lázaro mandó decretar que cambiaba de estatus de tenencia a colonia de Morelia.