Antonio Jiménez/@hvioleta3_0
(07 de Enero, 2014).-“Preocupa que los promotores del atraco a la nación, obnubilados por el negociazo, dejaran a un lado la dimensión estratégico-militar que acarrea la fusión del sector petroeléctrico mexicano a Estados Unidos”, comenta el John Saxe Fernández, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en referencia a la aprobación y promulgación de la Reforma Energética que se llevó a cabo hace unas semanas por Peña Nieto y legisladores mexicanos.
Y es que el doctor en estudios latinoamericanos explica que las consecuencias de la incursión de Estados Unidos (EU) como socio en la industria petrolera (el manejo directo de la exploración, explotación y conducción de energía y materia prima) puede ser muy peligrosa como estrategia militar, pues de desatarse procesos bélicos sin control a nivel mundial -con mecha en Medio Oriente por el petróleo-, entre los primeros blancos de ataque contemplados estaría la respectiva infraestructura energética de EU y Rusia. Esto también traería como consecuencia la intervención directa del país del norte ante la defensa “legítima” de su seguridad nacional.
“Mutilados los artículos 25°, 27° y 28°, los vastos complejos económico-territoriales involucrados en la operación diaria de Pemex y la CFE pasan a firmas que operan desde la jurisdicción de EU, al cuidado de unas fuerzas de seguridad mexicanas sometidas a lineamientos de fusión bilateral de la Iniciativa Mérida y del Comando Norte del Departamento de Defensa de una potencia expansionista y belicista, involucrada en dos guerras mundiales y en el rosario de conflagraciones que siguió, de Corea a las guerras por los recursos contra Irak, Afganistán, Libia y la diplomacia de fuerza en Irán y Venezuela -nación hermana sede de la mayor reserva mundial de petróleo-, amén de ataques que violan toda ley nacional o internacional, usando aviones no-tripulados contra blancos en otros países”, señala el especialista de la UNAM.
Saxe Fernández asevera que la dependencia del aparato militar de Estados Unidos, desplegado a nivel global, ha convertido al Departamento de Defensa de EU en el mayor consumidor mundial, público o privado, de petróleo y gas, por lo que para eludir esta realidad, y ante la imprudente abrogación constitucional de la nacionalización petrolera consumada por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Acción Nacional (PAN), desde el norte de América se llevó a cabo una asfixiante e irresponsable embestida político-propagandística en contra de la nacionalización petrolera y los artículos fundamentales de la Constitución protagonizada por la cúpula petrolera y sus medios corporativos como el Washington Post (WP) cuya tarea principal fue dar legitimidad internacional a la privatización del petróleo en México.