Antonio Jiménez/ @hvioleta3_0
(1 de marzo, 2014).- Después de la cobertura manipulada al absurdo, en lo superfluo y lastimero que los medios de comunicación internacionales han realizado sobre los sucesos ocurridos en Venezuela, qué estaría diciendo Julio Cortázar con respecto al fenómeno comunicativo que prostituyó las redes sociales, polarizando los discursos y creando una amalgama de abstracción absoluta que solo nos distancia del problema y la realidad que vive el pueblo venezolano y la revolución bolivariana.
A continuación, un regreso a las letras del escritor argentino y un mensaje lapidario a los chacales, esos periódicos, consejeros, asesores del gorila, agencias de noticias, policías disfrazados que desde París, Londres, Nueva York, Madrid, Ciudad de México tiran contra el verbo, mutilan la realidad, le sacan lo que quieren y dejan de lado el resto:
JULIO CORTÁZAR, “POLICRÍTICA A LA HORA DE LOS CHACALES”
De qué sirve escribir la buena prosa,
De qué vale que exponga razones y argumentos
Si los chacales velan,
la manada se tira contra el verbo,
Vuelven lo blanco negro.
Los chacales son sabios,
Son las tijeras de la infamia y del malentendido,
Lacayos si no firman,
todavía más chacales cuando firman.
De qué sirve escribir midiendo cada frase,
De qué sirve pesar cada acción, cada gesto.
Si al otro día los periódicos, los consejeros, las agencias,
los policías disfrazados, los asesores, los abogados
se encargarán de la versión más adecuada para consumo de
inocentes o de crápulas,
fabricarán una vez más la mentira que corre, la duda que se
instala,
y tanta buena gente en tanto pueblo y tanto campo de tanta
tierra nuestra
que abre su diario y busca su verdad y se encuentra
con la mentira maquillada, los bocados a punto, y va tragando
baba prefabricada, mierda en pulcras columnas, y hay quien
cree
y al creer olvida el resto, tantos años de amor y de combate,
porque así es, los chacales lo saben: la memoria es
falible.
Y como en los contratos, como en los testamentos, el diario de
hoy con sus noticias invalida
todo lo precedente, hunde el pasado en la basura de un presente
traficado y mentido.
Entonces no, mejor ser lo que se es,
decir eso que quema la lengua y el estómago,
siempre habrá quien entienda
Este lenguaje que del fondo viene
como del fondo brotan el semen, la leche, las espigas.
Y el que espera otra cosa, la defensa o la fina explicación,
nada más fácil que comprar el diario
Made in USA
donde los chacales sabihondos le darán la versión satisfactoria.
Donde editorialistas mexicanos o brasileños o argentinos
traducirán las instrucciones del chacal con sede en Washington,
Las pondrán en correcto castellano,
mezcladas con saliva nacional
con mierda autóctona, fácil de tragar.
Es la hora del Chacal, de los chacales y de sus obedientes:
Los mando a todos a la reputa madre que los parió,
Y digo lo que vivo
y lo que siento
y lo que sufro
y lo que espero.
“Explicación del título: hablando de los complejos problemas cubanos, una amiga francesa mezcló los términos crítica y política, inventando la palabra “policritique”. Al escucharla pensé (también en francés) que entre poli y tique se situaba la sílaba cri, es decir grito. Grito político, crítica política en la que el grito está ahí como un pulmón que respira; así he entendido siempre, así la seguiré sintiendo y diciendo. Hoy hay que gritar una política crítica, hay que criticar gritando cada vez que se lo cree justo: sólo así podremos acabar un día con los chacales y las hienas.”
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Extractos del texto: “Policrítica a la hora de los chacales” (1971) de Julio Cortázar.