Redacción / @Michoacan3_0
Zamora, Michoacán.- “Me llamo Karen Edith, tengo 16 años, llegue aquí hace cuatro años, aquí tuve a mi hija de seis meses. A bien o mal ‘mamá rosita’ si nos ha apoyado aunque sabemos que ella ha cometido muchas injusticias hacia nosotras, pero estamos muy agradecidas con ella”, relató una joven tras haber sido internada a los 12 años en el albergue La Gran Familia.
El 15 de julio pasado, en medio de un espectacular operativo, el gobierno federal y estatal, intervinieron el albergue, luego de cinco denuncias de padres a los que desde hace varios meses no se les permitía ver a sus hijos.
Entonces se puso en evidencia las condiciones de vida, el maltrato físico y los abusos (psicológicos y sexuales) de los que según las declaraciones, eran objeto los 596 menores y adultos que cohabitaban en albergue La Gran Familia, con Rosa Verdusco.
Tras el operativo, el procurador General de la República, Jesús Murillo Karam, dijo que quienes vivían en el albergue se encontraban en lamentables condiciones, eran maltratados y además, obligados a vivir entre ratas, chinches y pulgas.
Sólo a través de una visita guiada por un elemento de seguridad, los medios de comunicación pudieron tener acceso a algunos sitios albergue 48 horas después del operativo. En grupos de 10 periodistas, el tour se ofreció con reglas claras, una vez por persona y con acceso restringido.
Y fue entonces cuando las imágenes mostraron de manera más cruda la realidad, el escenario resultó a simple vista una escenografía cinematográfica. No dejaron duda alguna sobre la falta de condiciones y la precariedad del predio donde desde 1948 opera de manera improvisada el albergue.
Las opiniones en contra y a favor de ‘Mamá Rosa’ no esperaron. Intelectuales, políticos y periodistas trataban de ponerle nombre al caso cuyas implicaciones han sido tan contradictorias como poco conocidas y muy especuladas. Las preguntas también comenzaron a surgir, algunas de estas no tienen ni tendrán respuesta.
Pero ¿y los responsables? Así como se conocía la historia también comenzaron a aparecer las voces que aún continúan aportando desde distintos puntos a la idea que sostiene la imagen de caridad y servicio de Rosa Verdusco o hacía la construcción de una figura sin escrúpulos.
En medio de ambos polos, los testimonios aterrizan a situaciones especificas en las que las familias y tutores de los menores albergados en ese lugar, afirman que internaron a sus hijos por cuenta propia en el albergue de ‘Mamá Rosa’, la cuál luego según sus testimonios les arrebató a sus hijos.
“Era un susto, nadamás para asustarla, yo vine como a las 12 del día y la señora me dijo está bien le vamos a dar un susto, a las tres de la tarde vienes por tu hija, el cual la señora ya no me regreso a mi hija me dijo que yo era muy mal madre”, afirmó una de las progenitoras.
Y continuó: “La señora muchas veces nos corrió con policías de aquí, mi hija esta muy lastimada, muy dañada”. Al buscar ayuda, la madre indicó, “los licenciados me decían que no servia de nada meterme con esta señora es como yo ser una hormiga y ella King kong”.
Por su parte, la madre de uno de los niño que cumplió cinco años en el albergue La Gran Familia, aseguró que sin razón su hijo fue trasladado al albergue: “De mi voluntad mi hijo no está aquí”.
A una semana del operativo, seis adultos que laboraban en el albergue, con excepción de Rosa Verdusco, se encuentran recluidos por delitos como privación de la libertad y asociación delictuosa.
En tanto, la investigación sigue su curso, el DIF nacional y el de Michoacán, junto con las autoridades judiciales determinan el destino de los más de 600 albergados en La Gran Familia, luego de que hay casos de menores infractores, de personas sin hogar abandonados por su progenitores, o que fueron recogidos por el DIF en situación de calle, de explotación o de abuso de parte de sus propias familias.