Corazón 3.0


Maradona, el más humano de los dioses

Uno como hincha del futbol puede escribir y pensar cientos de cosas de un día como hoy, inolvidable porque se nos fue el más grande: Diego Armando Maradona. Ese D10s del fútbol, arrogante en su condición humana, que pareciera que tenía el balón atado al zapato.

Maradona es jugador de mucha controversia, tanto positiva como negativa, y el día de su muerte no pudo dejar de ser controversial, si bien se fue el día que partió Fidel, también partió el día de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, algo que no tenía claro, y a mi juicio algo que no le puedo perdonar.

Quiero hablar de Diego, más allá de lo futbolístico, pues como decía Galeano, él daba mucho de que hablar, era letal, más adentro que fuera de la cancha, pero siempre apuntaba hacia arriba.

En el mundial de México 86 logró llevar a la selección argentina a la gloria, y por derecho propio se convirtió en el mejor jugador. En el mundial de 1994 fue expulsado por el consumo de efedrina (sustancia que es permitida hoy en día en atletas de alto rendimiento), y fue convertido en el peor jugador.

Mucha gente se ha quedado con la impresión de que Maradona era un drogadicto, misma imagen que vendió el Napoli, al momento en que este pidió ya no jugar más en Italia, y como venganza exhibieron que el astro inhalaba cocaína.

Nuevamente, dice Galeano que Maradona “jugaba mejor que nadie a pesar de la cocaína, y no por ella. ¿Pero entonces por qué hay tanto estigma a su alrededor?

Sobre esto, he reflexionado, podría parecer un tema muy banal, y tal vez lo sea, siguiendo las palabras de Valdano (quien también se consagro en el 86):“el futbol es lo más importante de las cosas menos importantes”.  He pensado que,  la desacreditación a Diego, va más en un sentido político que deportivo.

La copa del mundo del 94 se jugó en EUA, el mundial que dio inicio a la venta de todo: jerséis, patrocinios, y partidos de futbol. Se podría decir (y no) que ahí nació el futbol negocio.

Maradona, el máximo ídolo de millones de niños y jóvenes alrededor del mundo regresaría nuevamente a las canchas, se cargó su selección a los hombros y los llevó a la copa del mundo.

En ese mundial se le expulsa, por los dopings a los que salió positivo en el uso de las sustancias antes mencionadas, esto hizo que hubiera manifestaciones en todo el mundo pidiendo que lo dejaran jugar…no pasó.

También en ese momento, Maradona comienza a cuestionar a la FIFA: ¿dónde están esos millones que los jugadores generamos? ¿por qué los jugadores de fútbol no tenemos los derechos laborales que tienen todos los trabajadores? ¿por qué las televisoras deben poner las horas de los partidos, aunque éstas atenten contra nuestra condición física?.

Si a esto añadimos, que la pelusa tenía una abierta simpatía por la revolución cubana y llevaba tatuado al “Che” en sus hombros”, nos podemos dar cuenta que a la federación internacional de fútbol no le convenía tener un jugador de izquierda.

Es decir, el máximo ídolo del futbol mundial no puede difundir las ideas de izquierda, no puede decirles a sus seguidores que puede existir otro mundo, un mundo más justo para todos, pues esto cuestiona el modelo de la FIFA, y cuestiona el modelo del futbol negocio.

Nadie puede negar que a Maradona le gustaba el dinero, cobraba por todo, por salir en la tele, en la radio, si hacían uso de su imagen, si salía en series, por todo, ¿pero esto es realmente malo? Él sabía que su imagen vendía, y ¿por qué no pedir lo que le tocaba?

¿Qué le preocupa más a la FIFA? ¿Que el ídolo de los niños y de las juventudes “desvirtué” el deporte por el consumo de efedrina? Ó ¿Que ese mismo ídolo ponga en el mapa los derechos de los futbolistas, y enseñe a esos miles de niños que se puede construir un mundo más justo?

Nuevamente, Galeano decía sobre que Maradona era el Dios más humano: “Cualquiera podía reconocer en él una síntesis ambulante de las debilidades humanas, o al menos masculinas: mujeriego, tragón, borrachín, tramposo, mentiroso, fanfarrón, irresponsable. Pero los dioses no se jubilan, por muy humanos que sean. Él nunca pudo regresar a la anónima multitud de donde venía. La fama, que lo había salvado de la miseria, lo hizo prisionero.”

Albert Camus decía: “Todo lo que yo sé de moral se lo debo al fútbol”. En un solo partido, el Diez representó lo mejor y lo peor del futbol, y personalmente lo que más me gusta de este bello deporte.  Metió el gol más tramposo, el más sinvergüenza de la historia contra Inglaterra, haciendo alusión a que Dios lo ayudó. Pero también metió el gol más lujoso, el más vistoso, el llamado gol del siglo. Pero, pero sobre todo, vengó a su patria, vengó la guerra de las Malvinas, saco a Inglaterra del Mundial y se los hechó en cara.

La relación del 10 con las luchas revolucionarias es admirable. El 5 de noviembre del 2005, junto a Chávez en Mar de Plata mandaron a Estados Unidos ALCArajo, frente a 40 mil personas, ese fue un día histórico para nuestra américa, ahí se consagró el amor del Diego por Venezuela; años más tarde, ante la muerte de Hugo Chávez y el ascenso de Nicolás Maduro, cuando este país pudo ser invadido por EUA Maradona simplemente dijo:

“Somos chavistas hasta la muerte. Y cuando Maduro ordene, estoy vestido de soldado para una Venezuela libre, para pelear contra el imperialismo y los que se quieren apoderar de nuestras banderas, que es lo más sagrado que tenemos”

El Pelusa, de la misma manera se solidarizó con el pueblo palestino, apuntando: “Soy el hincha más grande de Palestina”.

Hoy el Diego se retira, se retira de esta vida, y como un fiel seguidor de Fidel, se va el mismo día que él. Por fin conocerá a  Ernesto Guevara, de quien se declaró fiel seguidor. Hoy millones de hinchas lloramos su partida, su transfiguración perpetua en barrilete cósmico ¡Grande Diego!

El Diego y la cultura

Como epílogo, Diego ha inspirado a un sin numero de artistas, y recibido homenajes de todo tipo, personalmente invito a conocer la obra de Emir Kusturica, “Maradona”.

Como anécdota podría contar que Rodrigo, uno de los más grandes cuartetistas de Argentina, dijo “el día que conozca a Diego me puedo morir”. Rodrigo le cantó en vivo en su programa “El Diez”, la ya conocida canción “en un potrero nació, fue deseo de dios….” Pocos días después falleció en un accidente de automóvil.

En todas partes del mundo lloran hoy la muerte del astro y solo me quiero despedir diciendo, en palabras de Víctor Hugo Morales (quien narró el gol del siglo):

 

Gracias, Dios

Por el fútbol

Por Maradona

Por estas lágrimas.

 

 

 

25 noviembre, 2020
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