Sergio Castro Bibriesca / Revolución TresPuntoCero
(20 de septiembre, 2014).- La Organización de las Naciones Unidas (ONU) presentó un estudio que documentó el número de personas desplazadas en México, por desastres naturales, en el periodo de 2008 a 2013. Según el estudio, dos millones de personas se vieron obligadas a dejar su lugar de origen por este concepto. Sin embargo, estos dos millones no son los únicos que han dejado su lugar de origen de forma forzada, también existe un estudio realizado por Parametría, publicado en 2011, y que nos habla de 1 millón, 648 mil, 387 de mexicanos y mexicanas forzados a dejar su lugar de origen, en este caso, por la violencia que se vive en sus territorios.
El área que investiga este fenómeno de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (CMDPDH) menciona que “el desplazamiento en México ha sido tanto un recurso reactivo como preventivo”. Asimismo, indican que para entender el fenómeno del desplazamiento se debe ver de dos formas: el desplazamiento masivo o individual. El desplazamiento individual o gota a gota “tiende a ser un desplazamiento invisible”, pues involucra núcleos familiares pequeños que abandonan su comunidad de origen de manera aislada y discreta, y es por eso que “dimensionar el problema de una forma que se apegue a la realidad es difícil”.
En cambio, el desplazamiento masivo, “tiende a suceder después de un ataque dirigido hacia los habitantes de una comunidad”. La CMDPDH ha documentado que entre el 2008 y 2014 –al menos– 121 episodios de esta naturaleza han sucedido en por lo menos 10 estados de la república; las causas fueron: enfrentamientos entre cárteles y fuerzas de seguridad pública, intolerancia religiosa y conflictos políticos vigentes en Chiapas.
En cuanto a las características de las víctimas del desplazamiento forzado interno en México, “en general, son campesinos, personas que se mantienen por medio de una economía de subsistencia, activistas y defensores de derechos humanos, pequeños propietarios de negocios, empresarios, políticos, funcionarios, y periodistas”.
“La Guerra contra el narcotráfico”, emprendida por el ex presidente Felipe Calderón durante su sexenio (2006-2012), incrementó el desplazamiento forzado interno en México, siendo el 2010, el año más alto. Desde 2008, tan sólo en Juárez, Chiapas, y Sinaloa, la CMDPDH señala que hay –al menos– 170 mil personas internamente desplazadas.
Según el censo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) de 2010, los cuatro estados que más población ha migrado, después del Distrito Federal, son: Guerrero, Sinaloa, Chihuahua y Durango, cuatro de los 12 estados más violentos de México; y de esas 12 entidades, su Saldo Neto Migratorio (SNM), que es el total de inmigrantes menos el total de emigrantes, da un déficit de 55 mil 700 personas, tan sólo en 2010.
Chihuahua es el estado que más ha visto desplazarse a sus habitantes. Tan sólo de Ciudad Juárez, en 2010, un estudio de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ) reveló que 230 mil personas fueron desplazadas sólo de esa ciudad, de las cuales, 115 mil cruzaron la frontera para llegar a Estados Unidos.
El fenómeno del desplazamiento forzado interno a causa de la violencia se ha manifestado también en el número de solicitudes de asilo por año recibidas en Estados Unidos, pues en el lapso de 2009 a 2013, el número aumentó de 2 mil 490 a 8 mil 569, alcanzando 10 mil 542 en 2012. Pasó de constituir el 8.26 por ciento de las solicitudes totales en 2009, a 23.36 por ciento en 2013.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en agosto pasado, en el marco de la presentación del informe de Felipe González, relator para la migración en México, externó que el tema del desplazamiento forzado interno en México no ha sido atendido por el Estado mexicano “pues no ha documentado ni ha analizado de forma integral (este fenómeno), lo que constituye el principal obstáculo de cara a la respuesta que el Estado debe darle a este fenómeno”.