A pesar de que la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados (LBOGM), establecida en 2005, así lo establece, en México todavía no existen zonas libres de organismos genéticamente modificados (ogm), de acuerdo a lo informado por la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad de los Organismos Genéticamente Modificados (Cibiogem), status legal que afecta principalmente a las comunidades agrícolas de Yucatán.
Lo anterior, fue indicado por el director general de Inocuidad Agroalimentaria, Acuícola y Pesquera del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), Hugo Fragoso Sánchez, quien a casi 20 años de que cultivos transgénicos llegaran a México, acepta que la Cibiogem ya prepara la normatividad, aunque hasta el momento, no existe una fecha exacta de publicación.
La falta de dicha norma, provocó que en octubre de 2012 a apicultores en Yucatán les fuera rechazada su solicitud, elabora al margen de la ley, para que se decretaran la liberación de los territorios.
Ante la negativa, el 5 de agosto de 2013, los apicultores yucatecos intentaron ampararse, sinm embargo, el Juzgado Tercero de Distrito de Yucatán, les negó la posibilidad, ante lo cual presentaron una queja, aceptada por el Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo y Administrativa.
No obstante, y de acuerdo con un bogado de las comunidades, Jorge Fernández, el juicio de amparo no se ha resuelto aún. “La Sagarpa y el Senasica no han enviado documentación que les ha sido requerida por el Juzgado Tercero de Distrito”, expone el jurista.
Desde junio de 2012, la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), permitió que Monsanto Comercial, SA de CV pudiera cultivar a gran escala soya transgénica en 253 mil hectáreas en la Planicie Huasteca, Chiapas y principalmente la Península de Yucatán.
Anteriormente, se supo que los cultivos experimentales contaminaron más de 40 toneladas de miel producidas en la región, tal como se constató con un envió destinado a la Unión Europea en 2012. Aun así, la siembra fue autorizada.
En su calidad de sexto productor mundial de miel de abeja (tan sólo en 2010 se produjeron 55 mil 684 toneladas con un valor de 1 mil 726 millones de pesos), y tercer exportador del orbe, aproximadamente 41 mil apicultores –la mayoría indígenas y campesinos- se benefician con esta actividad. De ellos, 17 mil están en la península de Yucatán.
De acuerdo a lo incluido en el artículo 90, México tiene la capacidad de declarar zonas libres de transgénicos, en beneficio de productos agrícolas orgánicos y otros que incumban a la comunidad en cuestión. No obstante, como refiere el doctor en biotecnología, Antonio Serratos, la legislación no contempla a la miel por no ser un producto agrícola.