Aún sin conocer los resultados de las elecciones, pero cierta de que Andrés Manuel será elegido presidente de la República, escribo estas líneas para agradecer a la juventud de México, que en el mejor afán de terminar con la corrupción, con los discursos simuladores, y sobre todo, abrigados por sus propias realidades, nos han regalado un futuro mucho más armónico y alentador, futuro que ciertamente los colocará en el centro del desarrollo del país.
No sé cómo hacerles saber que su voto ha sido una caricia para todos, ha sido un escudo protector que nos andaba haciendo falta, es como un suero estimulante que da vida y entusiasmo. Es la revancha por los 43 que nos siguen haciendo falta, es retomar a los débiles y los sin rumbo, es nuestra amnistía por errores de omisión y complicidad inactiva, es luz en el camino.
Su inteligencia rebelde hoy le cierra el paso al epíteto de NINIS, y los hace héroes y valientes guerreros, hoy son nuestras NANAS, astutos magos de lo imposible y el cuidado delicado, tal vez sin saberlo se sumaron a los espíritus que deambulan desde Pasta de Conchos, Tlatlaya, el 68, el 88, y el 2006, le rompen la mueca al fraude y las imposiciones, hoy le tuercen la mano a Carlos Salinas y le pintan violines al neoliberalismo oscuro y elitista impuesto a sangre y fuego en México.
Hoy nos hicimos uno la rebeldía pensante e ilustrada con los despojados y hartos de tanto abuso, se deshilaron las ataduras del conservadurismo y del miedo hipócrita con el que nos quieren encerrar en la inmovilidad, mientras los malos salen de fiesta en las noches para escoger predios, pozos, minas, cuencas, escuelas, hospitales en la subasta altruista del poder a los empresarios y viceversa.
Se les quiere valientes jóvenes, se les reconoce y se les respeta, gracias por sentir tanta rabia, y procesarla en algo tan hermoso.