Redacción / @Michoacan3_0
De acuerdo a los investigadores nicolaitas Jorge Alejandro Ávila Vera y Víctor Hugo Garduño, la ciudad de Morelia, es susceptible a experimentar daños preocupantes a causa de cualquier tipo de evento sísmico.
A decir de los académicos de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), la sismicidad histórica de México indica que la capital del estado, ha sufrido afectaciones tanto por sismos interplaca como por sismos intraplaca, ya sean de profundidad intermedia o superficiales.
Entre los diferentes tipos de terremotos, precisaron, los sismos superficiales intraplaca o corticales, son los que representan un mayor riesgo para la ciudad de Morelia debido a la cercanía de sus epicentros con respecto al centro de población, tal y como sucedió en los eventos del 17 de octubre de 2007 con epicentros en la falla Nocupétaro, la cual atraviesa la mancha urbana de la ciudad.
En el más reciente congreso organizado por el Consejo Estatal de Ciencia, Tecnología e Innovación (CECTI), los investigadores explicaron que de los diferentes tipos de sismos que pueden ocasionar daños severos a la ciudad de Morelia.
Los sismos superficiales intraplaca son los que generan un mayor riesgo debido a la cercanía de sus epicentros, pudiendo alcanzar magnitudes superiores a los 6 grados Richter.
Más aún, los especialistas hicieron saber que en relación a la falla Nocupétaro, un estudio paleosismológico reveló que se podría llegar a presentar un terremoto con una magnitud de momento sísmico entre 6.3 y 6.7 grados.
A estos y otros resultados llegaron luego de un concienzudo análisis de la sismicidad histórica que ha tenido efectos en Morelia, para reconocer tanto el potencial sísmico de la ciudad, como el tipo de evento que representa un mayor riesgo para el centro de población, dadas sus condiciones de vulnerabilidad.
“Dentro de los sismos intraplaca de profundidad intermedia, dos son los eventos más representativos que han generado daños en Morelia.
El primero de ellos ocurrió el 7 de abril de 1845 con una intensidad de grado VIII (destructivo) en la escala modificada de Mercalli y de una magnitud de 6.0 de acuerdo a los cálculos realizados.
El otro sismo intraplaca de profundidad intermedia se presentó el 19 de Junio de 1858 con una intensidad de grado IX (muy destructivo) en la escala modificada de Mercalli, y cuya descripción indica: pánico generalizado, daños considerables en estructuras especializadas, paredes fuera de plomo, grandes daños en importantes edificios, con derrumbes parciales; edificios desplazados fuera de las bases y tuberías subterráneas rotas. La magnitud que se determinó para este terremoto fue de 6.4 grados”.