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Persecución política: Evo Morales declarado en rebeldía bajo un polémico fallo judicial

La Paz, Bolivia; 17 de enero del 2025.- La reciente declaración de “rebeldía” contra Evo Morales, expresidente de Bolivia y líder emblemático del Movimiento al Socialismo (MAS), ha desatado una oleada de críticas, denuncias de persecución política y tensiones dentro del escenario político boliviano. El juez Nelson Alberto Rocabado, del Tribunal de Instrucción Penal de Tarija, ordenó la detención de Morales tras su inasistencia a una audiencia judicial, argumentando un supuesto caso de trata de personas con agravantes.

Esta decisión no solo incluye su aprehensión, sino también el congelamiento de sus cuentas bancarias y la anotación preventiva de sus bienes, medidas que muchos consideran excesivas y politizadas. Según el abogado de Morales, Jorge Pérez, las autoridades nunca notificaron al exmandatario, mientras que el propio Morales afirmó que su ausencia se debió a problemas de salud, calificando la medida como “un ataque deliberado orquestado por el Gobierno”.

Un juicio envuelto en controversia
El caso, que se basa en una supuesta relación que Morales habría sostenido en 2015 con una adolescente, ha sido descrito por el expresidente como parte de una “brutal guerra jurídica” ejecutada por el actual gobierno de Luis Arce. Para Morales, este proceso es una herramienta para debilitarlo políticamente y dividir al MAS, una estrategia que, según él, está diseñada para favorecer a las élites conservadoras que buscan frenar el avance de las luchas sociales en Bolivia.

La fractura en el MAS y las acusaciones internas
El conflicto judicial contra Morales ocurre en medio de un profundo distanciamiento entre el exmandatario y Luis Arce, actual presidente y también miembro del MAS. Morales ha sido un crítico abierto de la gestión de Arce, acusándolo de abandonar las raíces populares del partido y ceder a intereses foráneos. Por su parte, Arce ha señalado a Morales como un factor de desestabilización, acusándolo de conspirar para recuperar el poder.

Esta división ha llevado a que el MAS se fragmentara en dos facciones enfrentadas. En diciembre pasado, el partido celebró por separado el aniversario de su primera victoria presidencial, un hecho que marcó simbólicamente la fractura interna.

Un líder bajo ataque o un juicio legítimo
Para los sectores afines a Morales, este proceso no es más que una estrategia de “lawfare”, utilizada históricamente en América Latina para desacreditar a líderes progresistas y silenciar a quienes desafían el statu quo. “Evo representa la lucha del pueblo indígena y campesino. Este ataque no es solo contra él, sino contra todos los que creen en la justicia social”, declaró un seguidor del exmandatario en una manifestación reciente en La Paz.

El desenlace de este caso no solo definirá el futuro político de Evo Morales, sino también el del MAS y el rumbo de Bolivia en un contexto de creciente polarización y tensiones internas. Para sus defensores, Morales no es solo un expresidente; es un símbolo de resistencia contra quienes buscan desmantelar las conquistas sociales de las últimas décadas.

17 enero, 2025
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