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¡Prensa no disparen! Justicia para los tres periodistas desaparecidos en Michoacán


Záyin Dáleth Villavicencio/ @ZayinDaleth3_0

Morelia, Michoacán.- En respuesta a la convocatoria nacional, en Morelia, periodistas, activistas y sociedad civil, se congregaron en las calles para condenar el asesinato del periodista veracruzano Gregorio Jiménez de la Cruz y a la par exigir garantías de seguridad para el ejercicio periodístico.

Al mismo tiempo que en otras ciudades de la República, los comunicadores salieron a las calles a exigir las autoridades de Veracruz y a la Procuraduría General de la República (PGR), que tomen en cuenta como parte de las indagatorias su trabajo periodístico.

Así, bajo la consigna “Prensa no disparen”, decenas de periodistas y fotoperiodistas alzaron la voz también para exigir garantías de seguridad para realizar su trabajo, toda vez que Michoacán por su situación de inseguridad se ha convertido en una de las entidades donde el ejercicio periodístico es cada vez más riesgoso.

Junto con organizaciones como el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos Alzando Voces y Bracero-proa, los periodistas exigieron el esclarecimiento de los casos de tres periodistas desparecidos en Michoacán y cinco asesinados.

A continuación el documento integro signado por los Periodistas en Michoacán:

Los periodistas y trabajadores de medios de comunicación que desempeñamos nuestra labor en Michoacán, decidimos sumarnos a la convocatoria formulada por los compañeros de Veracruz para esta movilización en los estados de la República, esto tras el asesinato del periodista Gregorio Jiménez de la Cruz, y sobre el cual, las autoridades de ese estado no han incluido como parte de las indagatorias su trabajo periodístico.

Nos sumamos con la convicción de que esta movilización tiene como esencia el defender el derecho a saber de la sociedad y nuestro derecho a informar, más en un estado como Michoacán, en donde el periodístico es un ejercicio que presenta serias dificultades debido a las condiciones políticas y sociales por las que se atraviesan.

La muerte y desaparición de periodistas no es un tema ajeno para Michoacán, en donde el resultado convincente de las investigaciones persiste como un gran pendiente de parte de las autoridades, evidenciando con ello el grado de compromiso o interés porque el periodismo y la libertad de expresión en la entidad cuenten con las condiciones necesarias para su desarrollo.

En 2010 tras una movilización similar a ésta se logró sentar en la mesa al entonces gobernador del estado, en donde se le requirió informara sobre los avances en las indagatorias de periodistas asesinados y desaparecidos en Michoacán, así como que se instrumentaran acciones y medidas concretas que permitieran que el oficio periodístico dejara de ser una protección de alto riesgo, además del respeto a la libertad de expresión.

A cuatro años de distancia, las demandas persisten y se agravan frente a la radicalización de las condiciones de riesgo para ejercer este oficio en la entidad.

Son tres los compañeros que permanecen desaparecidos en Michoacán, uno, Antonio García Apac dueño del semanario Ecos de la Cuenca de Tepalcatepec que desapareció fue interceptado el 20 de noviembre del 2006 en el camino que conduce del municipio de Tepalcatepec a la localidad de Felipe Carrillo Puerto, lugar donde quedó de entrevistarse con una persona.

De María Esther Aguilar Cansimbe, reportera de la sección policiaca en el Diario de Zamora y corresponsal de Cambio de Michoacán, el 11 de noviembre del año 2009 fue reportada la ausencia por su esposo, y por la declaración de una de sus hermanas se supo fue amenazada por un hombre armado.

Ramón Ángeles Zalpa, corresponsal del periódico Cambio de Michoacán, la última vez que se supo de él fue el 6 de abril del 2010, él dijo a su esposa se trasladaría al edificio de la Universidad Pedagógica Nacional, a donde nunca llegó.

El pasado 21 de enero, el Periódico Oficial del Estado se publicó una serie de reformas al Código Penal aprobadas por el Congreso el pasado 19 de septiembre, en donde se incluye en el Título Quinto, el capítulo IV denominado “Delitos contra los periodistas en el ejercicio de su labor”.

Fueron dos los párrafos que el Legislativo michoacano le destinó al tema, ambos en el artículo 60; el primero determina que “cuando se cometa un delito en agravio de personas o instalaciones dedicadas a actividades periodísticas, con motivo o derivado de dichas actividades, la pena se agravará en una tercera parte de la que corresponda por el delito del que se trate”.

El segundo párrafo determina como actividad periodística el ejercicio de buscar, fotografiar, grabar, investigar, sintetizar, redactar, seleccionar, editar, imprimir, publicar o difundir informaciones, noticias, ideas, imágenes u opiniones para conocimiento del público en general, a través de cualquier medio de comunicación, así como la distribución de éstas.

Este día y de manera paralela a esta caminata, en la República Mexicana se efectúan movilizaciones similares, nosotros no podíamos quedarnos al margen de este hecho, no solo por los referidos casos de asesinatos y desapariciones contra compañeros, sino también por los graves riesgos que corren hoy día principalmente quienes dan cobertura al conflicto en tierra caliente,

La coincidencia es clara, el riesgo que se corre al efectuar este tipo de coberturas, no es equiparable al respaldo que los medios de comunicación dan a los reporteros que efectúan este trabajo, muchos de los cuales ni siquiera cuentan con seguridad social para que, en caso de resultar heridos puedan contar con el tratamiento médico necesario para su recuperación.

Ya con anterioridad hemos presenciado cómo en el ejercicio de su profesión, compañeros han sufrido accidentes serios, que los han dejado marcados de por vida debido a las lesiones, y hemos visto como se escatima el apoyo de aquellos para quienes laboraban y por quienes su vida se vio expuesta.

Hoy día hay compañeros que hacen sus coberturas en las zonas de conflicto del estado, sin contar siquiera con los viáticos suficientes para poderse desplazar, lo que ha hecho que varios de ellos deban dormir en la calle.

No es nuevo tampoco, conocer que reporteros o fotógrafos sean retenidos en grupo por grupos armados, ya sea para quitarles sus equipos, ya sea para amedrentarlos e inhibir su labor periodística.

Es necesario que en el gremio periodístico se instrumenten protocolos de seguridad para abatir los riesgos durante las coberturas, así como que los medios de comunicación como empresa, asuman la responsabilidad con sus trabajadores para brindarles los elementos necesarios para garantizar su protección en el ejercicio de su labor.

Hoy nos sumamos a las voces de los compañeros en todo el país, en particular a las de Veracruz, y demandamos con ellas claridad sobre el asesinato de Gregorio Jiménez de la Cruz, y protección a su familia.

Hoy su voz es la nuestra, y mañana la nuestra puede ser la de todos.
Por tu derecho a saber y mi derecho a informar.

23 febrero, 2014
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