Los problemas que se viven en las comunidades indígenas en Michoacán son producto de las desatención de las autoridades, mismas que sólo desempeñan el papel de “apagafuegos”, apuntó el presbítero José Francisco Martínez Gracián, en entrevista.
Abordado por antes de ser galardonado por el Congreso del Estado con la Condecoración Melchor Ocampo, Martínez fue cuestionado sobre la polémica que suscita que un sacerdote sea reconocido con el galardón que lleva el nombre del ideólogo del laicismo en nuestro país.
“Yo admiro mucho a Melchor Ocampo por ser apóstol del laicismo, por haber sido el principal impulsor de las leyes de Reforma, fue un gran científico y lingüista, creo que luchó por México como estamos luchando todos, yo no soy digno de recibir esta presea pero me animé porque es a nombre del pueblo purépecha, respeto todo tipo de opiniones”.
A pregunta expresa sobre los conflictos que privan en las comunidades y particularmente en Nahuatzen que a últimas fechas ha sido motivo de atención por la tensión social que ahí se vive, apuntó que la génesis de todo esto como muchos otros problemas que sufren los pueblos purépechas, deviene de una muy mala atención por parte del Gobierno, mismo que “se ha dedicado prácticamente nada más a apagar fuegos, no prevé, no tiene presencia
“Entonces en este caso todavía es peor porque ha aceptado que haya dos tipos de policías contrarias, dos autoridades a la vez y entonces es imposible que no haya conflictos, pero estos creo que tienen su origen en una actuación deficiente por parte de los tres poderes de gobierno”.
-¿Han permanecido en el abandono las comunidades indígenas?
“No hemos tenido la atención que se necesita, es decir, son comunidades muy dignas, no están pidiendo asistencialismo sino simplemente una relación horizontal. No creo que en Michoacán nadie vaya a pensar que hay ciudadanos de segunda, nadie, ni los purépechas ni los curas somos ciudadanos de segunda, todos tenemos nuestros derechos”.
-El tema indígena pareciera que está de moda, todo mundo quiere hablar de los indígenas, tomarse la foto con ellos, pero a la hora de tener que aterrizar normas para garantizar sus plenos derechos la actitud cambia, ¿racismo y discriminación es lo que hay de fondo?
“Yo creo que hablar es fácil, permanecer donde están los retos y problemas y sobre todo donde hay una cultura maravillosa es más difícil; yo lo siento por las personas de Morelia, Uruapan y Zamora que no conocen por allá, simplemente le pongo una situación, aquí tenemos una cultura de carácter neoliberal donde tú vales cuanto tienes, allá uno vale por lo que sirve“.
-¿Esta vuelta a los usos y costumbres, al autogobierno a la autogestión, es la salida para recuperar la cultura purépecha, para lograr la pacificación?
“No estoy de acuerdo con la palabra vuelta, no es un regreso hacia el pasado, es tomar como referencia o como referente las raíces, son referentes culturales y ponerlos en una situación de interculturalidad y en una relación horizontal con la sociedad dominante, entonces no es un regreso, es tomar en cuenta eso y adecuarnos a los tiempos presentes”.
-¿Tendrá futuro esa vía?, porque están poniendo demasiados obstáculos sobre todo en la cuestión económica…
“Tenemos como un paradigma la comunidad de Cherán, es una comunidad que se está autogobernando y creo que de manera muy digna, ahí se nota no sólo progreso sino desarrollo, y la Suprema Corte ya sancionó también esa manera de gobernarse, yo creo que las luchas autonómicas en España allá con los de Barcelona y acá, son válidas”.
-El tema de la inseguridad y la manera que atenta contra el desarrollo de las comunidades indígenas ¿cómo lo percibe usted?
“Ante la ausencia del Estado se llenan los huecos, se llenan por el crimen organizado y se llenan por gentes que tratan de aprovechar, por eso insisto que la presencia debe ser permanente para beneficio mutuo”.
– ¿Se han deteriorado las relaciones en las comunidades?, en su experiencia de vida ¿cómo lo ve?
“La utopía purépecha es lograr constituir una comunidad de comunidades, entonces es una utopía muy noble que también tuvo Vasco de Quiroga, es la utopía como también la tenemos en México, necesitamos unidad ante el embate pérfido de Dondald Trump que ahorita nos está atosigando y nos quiere aplastar por el lado económico, como si los países fuéramos una empresa, en realidad somos entidades muy nobles de carácter cultural o multicultural, y creo que en México la multiculturalidad el artículo segundo de la Constitución lo sanciona muy bien”.
-¿Y el papel de la Iglesia cuál es si el Estado no ha tenido la atención que requieren las comunidades indígenas?, ¿la iglesia lo ha hecho?
“Yo creo que ahí hay que atender a la taxonomía del lenguaje, por Iglesia yo entiendo una comunidad, y hay otra forma de entenderla como la jerárquica, la única jerarquía que puede haber dentro de la Iglesia es el servicio, y entonces también en la Iglesia hay muchos prietitos en el arroz y creo que el compromiso debe ser siempre de todo ciudadano, lógicamente de todo cristiano con mayor razón, ser solidarios”.