Entre gritos de protesta, autos en llamas y barricadas inició el Festival Internacional de la Canción Viña del Mar, uno de los eventos de música más grandes de Latinoamérica, que tiene sede cada año en la ciudad chilena que lleva el mismo nombre. En el marco de las protestas que se han suscitado en Chile desde octubre del año pasado, se convocó por redes sociales al levantamiento de la población para llevar su protesta durante este evento, “Calles con sangre, Viña sin festival”, de igual manera se había solicitado al Gobierno que cancelara el espectáculo para evitar situaciones de violencia.
La estrategia gubernamental, sin embargo, fue organizar un operativo de seguridad para que se pudiera llevar sin mayor contratiempo el certamen y así se enfocó en proteger la Quinta Vergara, recinto donde se llevaría a cabo el festival. Horas antes de la inauguración del evento se empezó a movilizar la gente, grupos encapuchados comenzaron a prender fuego a automóviles en el centro de la ciudad; uno de los episodios más relevantes ocurrió en el Hotel O’Higgins, donde se hospedaron varios artistas y productores, los encapuchados dañaron el acceso al inmueble al romper los cristales de la entrada.
“Llegaron un grupo de encapuchados de no más de 30 años, empezaron a tirar piedras y rompieron todos los vidrios del hotel. Es lamentable lo que está pasando, esto es un festival de todos los chilenos” mencionó el gerente del hotel.
El caos se hizo presente y se tuvo que desalojar a civiles pues el gas lacrimógeno que usaron los elementos policiacos provocó pánico entre trabajadores y huéspedes del hotel.
“Las manifestaciones pueden hacerse, pero esto es delincuencia y la delincuencia hay que tratarla como tal”, declaró la alcaldesa de la ciudad, Virginia Reginato, a su vez infromó que para este lunes se redoblará el contingente policiaco.
El cantante Ricky Martin, quien inauguró el certamen, mencionó a la prensa su apoyo a las protestas añadiendo que “hay dejarle saber a los líderes de nuestros países qué es lo que necesitamos, siempre que lo hagamos de manera ordenada”. “Que Chile sirva como efecto dominó para todas las partes del mundo, donde hace falta que se nos escuche”.
Parte del protocolo de seguridad para el festival fue la prohibición de pancartas, buscando con esto supuestamente, no afectar la visibilidad del público.
El saldo de la noche fue de siete vehículos quemados, más de una decena de detenidos y 20 oficiales heridos.