César Vázquez / @LetraMia
Aquila, Michoacán.-Más de tres mil comuneros se encuentran dispuestos “a lo que sea, o a lo que tope”, como dicen ellos. Hombres de trabajo, de huaraches, acostumbrados a empuñar un machete y poco diestros para agarrar un arma, pero hoy la indignación y el coraje los convierte en soldados de su pueblo.
Desde el día de ayer están recibiendo amenazas de ataques de las fuerzas armadas, ellos esperan en el paraje de la comunidad de Xalakayan, donde el sol también los agrede con su agobiantes rayos, ya se mueven de un árbol a otro, ya hacen sus enramadas con sus machetes, están decididos a no moverse de allí hasta que llegue una solución o hasta que el Ejército llegue a poner las cuentas claras.
“Nadie se hecha pa’tras, si me vienen por mí aquí los espero, tengo mi cuerno de chivo para responderles, pero voy a poner mi pecho por delante, que disparen los traidores, pero de aquí no me llevan, a nadie más”, estableció Germán Ramírez Sánchez, comandante de la Policía Comunitaria de Xalakayan.
Algunos todavía con los atavíos de la labor llegaron hasta el lugar de la reunión, al saber que estaban disparando contra la población las comunidades decidieron reagruparse y defender a sus familias, están consternados y dispuestos a esperar lo que sea.
Tres veces los helicópteros han cruzado el cielo de Ostula a La Placita y Xalakayan, desde lo alto el aparato registra los puntos estratégicos donde se localizan y se refugian los comuneros, todos debajo de los árboles y con dos amplias filas de camionetas estacionadas a los costados de la carretera.
A diferencia de las Fuerzas Rurales, aquí no se aprecian camionetas de lujo ni blindadas, son camionetas pick-up que tienen marcados los signos del trabajo en el campo, la mayoría manchadas de andar haciendo camino en la sierra, otras más con redilas altas para trasladar el ganado, a los propietarios de esas unidades es a los que amaga el Ejército con ir a atacar.
A las 15:00 horas se recibió la máxima alerta: “German, los waches vienen camino de Lázaro, reportan un convoy fuertemente armado a la altura de Caleta”, alerta uno de los hombres que llega corriendo con radio en la mano.
“Que vengan los güeyes, aquí los topamos”, es la respuesta del comandante de Xalakayan.
A cada vuelta del helicóptero de la Marina, y luego un helicóptero blanco desde donde se miraban hombres vestidos de color azul que aparentemente tomaban imágenes, constataban que a cada vuelta que daban había más y más campesinos.
Desde el municipio de Tepalcatepec, de Coahuayana, de Coalcomán y de otras 38 comunidades, todas acudieron al llamado de la policía comunitaria de Xalakayan para evitar que los masacraran. Aunque demoraron, poco a poco el paraje pronto se pobló de hombres humildes que se confundían con elementos armados de otras policías.
“Tetos”, el comandante de la policía de Coahuayana, llegó al filo de las 14:00 horas, portando un rifle AR-15, defendió que nadie está violando las leyes de uso de arma de fuego, y que al igual que él, Semeí Verdía también tenía permiso para portar armas de uso exclusivo del Ejército Mexicano, armas de cargo que les proporcionó el mismo Ejército Mexicano.
“Lo que ocurrió aquí es que Semeí y a otros cinco de sus hombres les pidieron sus armas bajo el pretexto de que les iban a realizar el examen balístico para tenerlo registrado, se las retiraron por diez días, pero el domingo viene gente del Gobierno Federal y sabiendo que él no portaba armas, lo acusaron de tener portaciones de uso exclusivo del Ejército, esa es una artimaña”, explicó.
Con documentos en mano, mostró los permisos y los cargos que les entregaron a él y a todos los comandantes de plaza el mismo gobierno federal, los permisos están firmados por las autoridades comunales, por la Sedena y por el mismo subsecretario de Seguridad apodado ‘El Yanqui’, a quien Semeí Verdía ventiló mediante una llamada telefónica que tenía reuniones con los templarios.
“Toda es una serie de mentiras que están inventado las autoridades federales, pero el pueblo ya se levantó desde hace mucho tiempo, aquí estamos, hay gente que tiene todo el día sin comer y que no ha dormido, pero aquí los vamos a esperar, si quieren venir a cometer más abusos ya no lo vamos a permitir”, estableció el comandante de Coahuayana.