Como combustible y reciclado, la separación de los desechos sería altamente productiva.
En Latinoamérica, muchos países de esta región tienen el problema de que, de separase la basura al interior de los hogares, luego los recolectores, generalmente de gobierno, vuelven a unir los desperdicios; lo anterior desalienta notablemente y, naturalmente, la separación de basura.
En este contexto, según El País, 4 millones de personas en Latinoamérica trabajan separando basura bajo condiciones insalubres, montados en enormes pilas de basura, intentando encontrar materiales reciclables como cartón, vidrio, latas, etc… Lo anterior es una realidad, aunque poco a poco van agrupándose iniciativas que buscan dar mejores condiciones a las personas que trabajan separando los desechos.
Según cifras del Banco Mundial, en Latinoamérica una persona produce entre uno y 14 kilos de basura por día, y, si esta fuera separada desde casa, alrededor del 90% podría ser convertido en combustible o reciclado.
De esta forma, es indispensable que los ciudadanos comiencen no solo a separar la basura, sino a exigir a escala local que los desperdicios sean tratados bajo un sentido ecológico. Si las demandas a nivel regional ponen énfasis en este renglón, los gobernantes se verían orillados a incluirlas en sus propuestas de campaña y de gobierno; una forma de comenzar a pensar los desechos de una manera distinta.