Un estudio actualizado realizado por investigadores de la Universidad de Penn State y la Universidad de Búfalo revelan que fingir sonrisas en el trabajo puede aumentar el consumo de alcohol.
Los investigadores llegaron a esta conclusión después de entrevistar a 1.592 trabajadores en Estados Unidos, donde todos tenían algo en común y eran sus trabajos de cara a cara con el cliente. Así, se les preguntó por cuántas veces fingían sonrisas al día y cuánto bebían después del trabajo. De igual manera cuánto control sentían que tenían en el trabajo y qué tan impulsivos se consideraban.
Naturalmente se encontró una relación entre fingir las sonrisas e ir a beber después del trabajo, el ocultar tanto las emociones durante horas laborales les hace controlar menos los deseos de ingerir alcohol.
El efecto resultó peor en las personas que se consideraban impulsivas, esto también aplicaba para aquellos que tenían poco control sobre su comportamiento en el trabajo y tenían que recordarles todo el tiempo que debían sonreír. Para ambos resultaba difícil tratar con estas emociones fingidas, por lo que al llegar a la casa se perdía cualquier control. Básicamente esto traduce en recurrir más seguido al alcohol.