Sexualidad


Sexualidad es un reflejo de la niñez

Sexualidad180 / Foto: Getty Images

Si deseamos crear y mantener relaciones íntimas sanas, resulta importante regresar a las bases de nuestra socialización sexual, para darnos cuenta de cómo tomaron forma nuestros patrones de comportamiento sexual.

Para Ian Kerner, consejero del New York Times, tenemos que ver con cómo fuimos moldeados o, en otras palabras, lo que hemos aprendido e interiorizado acerca del sexo y las relaciones a través de nuestra infancia y adolescencia, y cómo esas experiencias afectan el modo en que nos relacionamos actualmente.

Los diferentes tipos de entorno en que nos desarrollamos tendrán una gran influencia en nuestra sexualidad:

El entorno ideal: Cuando un hogar es feliz, la curiosidad sexual es alentada, las preguntas sobre el sexo son respondidas con información adecuada para la edad, y la privacidad e independencia son respetadas y cultivadas de manera activa.

El entorno predominantemente enriquecedor. Este entorno es similar a un entorno ideal, aunque con algunas diferencias evidentes. Por ejemplo, un padre o un hermano sufre de períodos intermitentes de depresión o enfermedad, o un divorcio y segundas nupcias provocan una ruptura en el funcionamiento sin problemas del medio ambiente ideal.

El entorno evasivo: En la mayoría de los casos, los padres, además de no ser afectuosos entre sí, evitan el tema del sexo y fomentan un ambiente donde preguntar sobre temas sexuales es incómodo.

El entorno permisivo: Los padres proporcionan mucha información sobre sexo demasiado pronto; generalmente, comparten con sus hijos información sobre su propia vida sexual activa y alientan a sus hijos a experimentar sexualmente a una edad temprana para apreciar las consecuencias emocionales y psicológicas.
El entorno negativo: El sexo fuera del matrimonio, además de ser evitado, es tratado como inmoral, proporcionando un terreno fértil para el cultivo de la homofobia, la misoginia y problemas sexuales en la vida posterior, incluyendo el miedo a la masturbación, la incapacidad para alcanzar el orgasmo en las mujeres y la eyaculación precoz en los hombres.

El entorno seductor: Las relaciones entre padres e hijos o hermanos no son abiertamente sexuales, pero están teñidas de un nivel inadecuado de sexualidad, incluyendo la discusión rutinaria de cuestiones sexuales a una edad inapropiada.

El entorno abiertamente sexual: Se caracteriza por el contacto sexual inapropiado entre un padre y un hijo, un pariente o amigo, que constituye abuso sexual, incluso aunque el niño a menudo no lo reconozca como tal o lo bloquee. Esto puede producir miedo a la intimidad, ira, falta de deseo o promiscuidad. Superar las repercusiones de crecer en un entorno abiertamente sexual requiere de tiempo, esfuerzo y terapia.

Por tal motivo, aunque no se puede cambiar el origen, sí se puede influir en el medio ambiente que se crea en los niños y adolescentes.

8 mayo, 2015
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