El secretario del comisariado del ejido Guajes de Ayala, municipio de Coyuca de Catalán, en la región de la Tierra Caliente de Guerrero, Javier Hernández, llamó a los aguacateros de Michoacán a que no se desarmen, como propuso el presidente Andrés Manuel López Obrador, pues “los problemas que se viven en ese estado con el crimen organizado son los mismos que tenemos en Guerrero.
“Tenemos pruebas contundentes, videos y grabaciones de radios de comunicación, que gente de los gobiernos federal y estatal tienen vínculos con el grupo delincuencial La familia michoacana”, aseveró.
A traves de un video difundido el sábado por la noche, Hernández consideró que deponer las armas y confiar en el trabajo de las autoridades, como pidió el viernes AMLO a los 3 mil productores aguacateros michoacanos, no es la solución, al menos para los pueblos de la sierra de Guerrero.
Asimismo acuso y reiteró que funcionarios estatales y federales sirven a los intereses del crimen organizado, por lo que es mejor hacer justicia por propia mano.
“Y si bajamos las armas mañana vamos a ser ahorcados, martirizados y nos van a hacer falta extremidades del cuerpo para que nos descuarticen”, aseguró.
Javier Hernández, aseguró que los aguacateros en Michoacán se han armado “para defenderse de los criminales que cobran cuota y extorsionan a productores y empresarios. La intención de López Obrador es buena; está haciendo mucho en un país que administraciones anteriores dejaron dado a la jodida, pero no es la solución bajar las armas.
“Nosotros ya lo vivimos en dos ocasiones. Se ha pedido apoyo recientemente y no pasó nada. Pareciera que a nadie le importa lo que está pasando.
“Creo que el señor presidente (López Obrador) debiera ser más recio, empezar, como dice, de arriba hacia abajo, con esos funcionarios que están vinculados con la delincuencia en el estado.”
Recordó los enfrentamientos ocurridos el entre 7 y el 10 de junio, “cuando las mujeres pidieron ayuda; en el cuarto día el gobernador (Héctor Astudillo) dijo que no había indicios de violencia en Guajes de Ayala, pero tengo las pruebas de que hubo omisión y de que están coludidos, no se quién, en este caso con La familia michoacana. Tengo las pruebas”.
Narró que “el helicóptero sí sobrevoló la zona, pero fue un plan para taparle el ojo al macho”.
Explicó que una hora antes de que la aeronave saliera de Chilpancingo para dirigirse a las instalaciones del 34 Batallón de Infantería, en Ciudad Altamirano, un sujeto identificado como El Borrego, jefe de plaza de La familia michoacana, estaba reportando a sus sicarios en tierra, con quienes nos estábamos enfrentando”.
El informante “les dijo que iba a venir un helicóptero y que solamente iba a sobrevolar alto, que se camuflajearan y que no hicieran disparos, que no iba a pasar nada, que sólo iba a dar una vuelta y se iba a retirar, y así sucedió”.
Hernández, reiteró: “con esto quiero demostrar que hay funcionarios involucrados, quizás del estado, quizás del Ejército, no me queda claro”.