Karina Barón, diputada federal, afirmó que tras la firma del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN) y su puesta en marcha el primero de enero de 1994, el campo mexicano quedó prácticamente desmantelado y sin herramientas, lo que ha orillado por decenas de años los pequeños productores, a vender bajo condiciones desfavorables sus cosechas a las grandes comercializadoras, o arriesgarse a perder meses de labor y cuidado.
Al participar en una reunión entre la Comisión de Agricultura y Servicios de Riego de la Cámara de Diputados y la Asociación Mexicana de Secretarios de Desarrollo Agropecuario (AMSDA), la legisladora advirtió que el presupuesto que de manera inercial se ha asignado al campo, es engañoso y “una trampa”, porque la mayor parte de los recursos no llegan a los pequeños productores, sino que van a dar a manos de las cadenas comercializadoras, lo que implica que el modelo actualmente en operación, ha fracasado.
“A la hora que se aplican los recursos de los fideicomisos, en algunas entidades se da una discusión grave entre los delegados de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) y los secretarios de agricultura para ver quién se lleva más de las bolsas y los que pagan el pato son los productores. En Oaxaca, por ejemplo, somos el último lugar en la aplicación de recursos para el campo. Hoy en día, no llevamos ni el 50 % de los recursos aplicados y eso hace mucho daño a los productores”, ejemplificó Barón.
Además, solicitó definir las facultades de los funcionarios que aplicarán los recursos concurrentes del campo y las de los de la Sagarpa para que no afecten a los productores y retrasen su trabajo, pues la constante ha sido la aplicación del presupuesto de acuerdo a los criterios de cada dependencia.
“Los recursos para el campo se aplican de forma discrecional y a sugerencia de quienes lleguen a las secretarías en turno. Si llega un secretario de tal estado, le va muy bien a ese estado. Si llega otro, es a su club se amigos al que le va a ir muy bien, pero tenemos que pensar en un parámetro que no deje en indefensión a los productores y que no tenga nada que ver con el club se amigos del funcionario en turno”, declaró la legisladora.
Inversión productiva, lo de menos
De acuerdo a un análisis realizado por el Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria (CEDRSA) de la Cámara de Diputados, en el Proyecto de Egresos de la Federación (PEF) propuesto por el Ejecutivo federal para el año entrante, los recursos para programas relacionados con el campo presentan una reducción de 21 mil 167 millones de pesos, al pasar de 353 mil 007 millones aprobados para este año, a 331 mil 840.
El Ejecutivo propone que la inversión en programas sociales crezca únicamente 1.9 %; es decir, se busca una asignación de 180 mil 584 millones, mientras que para los programas productivos, hay una reducción de 13.9 %, para quedarse en 151 mil 255 millones.
Entre los programas productivos que mayores recortes podrían sufrir si la Cámara de Diputados no le corrige ni una coma al gobierno federal, resalta el destinado al extensionismo, que sufriría una disminución de 46.2 %; el rubro de pesca y acuacultura podría recortarse hasta 30 %; a la ganadería 24.3 % y en el sector agrícola 18.4 %. En este tipo de programas, el único al que el gobierno federal propone aumentar el presupuesto es al destinado al área forestal y de medio ambiente, que crecería 23.6 %.
En contra parte, el único programa productivo que prevé disminuciones es el destinado al fomento productivo de pequeños productores, al que se pretende reducir en 22.9 %; sin embargo, la inversión destinada a la vivienda crecería en más de 70 %, mientras que los orientados a rubros como salud, seguridad social y programas indígenas, no alcanzan siquiera el uno por ciento de proyección a la alza.
Más y más recortes al campo
El análisis detalla que el monto del Proyecto para el Programa Especial Concurrente para el Desarrollo Rural Sustentable 2016 (PPEC) representa, en la parte agrícola, una disminución de 18.4 % respecto al aprobado para este año, con menos 6 mil 854.1 millones de pesos.
El monto que se propone para el Programa de Fomento Ganadero asciende a 5 mil 806 millones de pesos; es decir, menos de mil 860 millones respecto al aprobado para este año que ascendió a 7 mil 666 millones.
Esta disminución se refleja principalmente en la eliminación y fusión de varios de sus componentes; por ejemplo, entre el programa de Innovación y Transferencia de Tecnología Ganadera y Programa Porcino, hay una pérdida de 40 millones de pesos en el Programa de Investigación y Transferencia de Tecnología Pecuaria.
Por la fusión de los programas de Bioseguridad Pecuaria e Infraestructura y Equipo del Repoblamiento, hay una pérdida de 83.6 millones de pesos, en el Programa de Sustentabilidad Pecuaria.
En tanto, el componente PROGAN Productivo, antes PROGAN Ganadero, para el año entrante, hay un monto presupuestado de 3 mil 986 millones; monto menor por 212 millones respecto al aprobado de este año, que ascendió a 4 mil 198.