Jonathan Pérez/ Revolución TresPuntoCero
(18 de enero, 2015).- Para el padre Alejandro Solalinde, el Ejército estaría relacionado con la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
“Todo apunta hacia allá, no importa si ahorita abren esos espacios. En el momento que necesitábamos que abrieran no lo hicieron. Ahora lo hacen ya limpiaron”, aseguró.
Sobre la búsqueda ciudadana que normalistas y padres de los desaparecidos están llevando a cabo, el fundador de la casa del migrante “Hermanos en el Camino” indicó que su participación le ha ayudado mucho, sobre todo para saber los alcances que los familiares, organizaciones y amigos, pretenden lograr.
El sacerdote católico indicó que la búsqueda tiene dos vertientes: la firme esperanza de encontrarlos con vida y con ello, la creación de una controlaría ciudadana para investigar al Estado.
“Poner la lupa y también una lámpara en todos los rincones de México para demostrar con hechos el mal estado en que se encuentra el gobierno mexicano”.
Solalinde añadió que después de la búsqueda se realizará un informe y un diagnóstico “valiosísimo” para evidenciar el estado de corrupción, podredumbre e impunidad de muchos años en México.
Para finalizar añadió que, aunque no es toda la institución, “sí es una importante participación que se ha coludido siempre con el crimen organizado y con políticos corruptos”.
“El ejército es el principal grupo delictivo del país”
Jacobo Silva Nogale, exguerrillero y excomandante del Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI), declaró en días pasados que “el Ejército sigue ocupando el mismo papel, y me he atrevido a decir que es el principal grupo delictivo del país, no le ganan ningún otro”, esto a propósito de las acciones de protesta que llevaron a cabo los padres de los normalistas desaparecidos el pasado lunes 12 de enero.
De acuerdo con el exguerrillero, el Ejército fue el causante de los ataques a los estudiantes de Iguala, ya que después de la balacera los primeros que aparecieron fueron los soldados, “no es que no se haya enterado (del ataques de policías y sicarios contra los normalistas), se enteró y fue un acuerdo no intervenir para dejar manos libre a los otros elementos del Estado”.