Emma Martínez / Revolución TresPuntoCero
El hambre se convierte en una situación crónica cuando no solamente faltan alimentos, sino que al mismo tiempo se produce cuando una población carece de oportunidades para obtener ingresos suficientes, para tener la educación y la capacidad para adquirir habilidades, satisfacer las necesidades básicas de salud y tener una voz en las decisiones que afectan a su comunidad, explica la organización The Hunger Proyect.
En México el mayor ejemplo de pobreza y hambruna como consecuencia es Chiapas, que según el organismo, tiene la mayor concentración de población indígena del país, misma que vive en condiciones de extrema marginación y discriminación desde hace cientos de años. Esto ha provocado que permee un profundo sentimiento de inferioridad y resignación entre las personas indígenas, principalmente en las mujeres, para quienes la discriminación es aún mayor y con ello la escasez de recursos económicos y en consecuencia las posibilidades de una buena alimentación.
A las orillas del río Coatán, en Tapachula, Chiapas, vive una familia de 4 miembros, que sobrevive con 35 pesos diarios y al menos dos veces por semana no consumen alimento alguno. Guadalupe, explica que desde hace 8 años no comen carne, y no estaba enterada de la existencia de una canasta básica.
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El Senado de la República dio a conocer, a través del Instituto Belisario Domínguez, un estudio en el que se señala que a más de dos años de aprobada la reforma laboral los cambios en la ley que se pretendía han fracasado.
Dicho estudio indicó que la población que no puede comprar productos de la canasta básica llegó al 55%, es decir, que seis de cada diez mexicanos no pueden completar una canasta básica con su sueldo.
Según el informe, “hasta ahora, la ampliación de la flexibilidad laboral, más que ayudar al incremento del empleo, ha afectado su estabilidad y, por tanto, no ha permitido el crecimiento de la seguridad social”.
Lo que conlleva a que aproximadamente 66 millones 112 mil mexicanos no tuvieron posibilidad de adquirir los productos de la canasta básica con el ingreso laboral del hogar.
Con base en datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), se puede observar que la población que no alcanza a cubrir el costo de la canasta básica con los ingresos producto de su trabajo, pasó de 47% en 2010 a 55% en 2014.
Según el Instituto de Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), este 2015 los artículos que sufrieron mayor impacto en cuanto a su precio son la carne de res, con un 0.46%; papa con 3.89%; papel higiénico 1.91% ; chayote con un porcentaje de 14.13%.
Sobre el tema, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), refiere que México es el segundo país con mayor desigualdad económica. 45.5% de la población (53.3 millones de personas) vive en condiciones de pobreza de las cuales 9.8% (11.5 millones) viven en pobreza extrema. El 23.3% (27 millones) de la población vive en pobreza alimentaria y el 12.5% sufre desnutrición crónica.
“El destino de 396 millones 838 mil pesos que serían utilizados por la Cruzada Nacional contra el Hambre para comprar 31 millones de artículos, es desconocido, según la Auditoría Superior de la Federación (ASF), mientras esto pasa, en el país durante la última década fallecieron por hambre 87 mil personas, cifra que Peña Nieto no ha detenido, lo que significa que cada hora un mexicano fallece por no tener una alimentación adecuada, mientras la esposa de Peña Nieto gastaba más de 120 mil pesos en vestuario para visitar a la reina de Inglaterra un ser humano en México moría cada 60 minutos, mientras la tarjeta de crédito de Angélica de Peña pasaba por las terminales bancarias de las prestigiosas tiendas en Bervely Hills, un mexicano fallecía”, declara la socióloga Isabel Gómez.
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Agregando “es intolerable que la esposa del presidente, la dama que debería colaborar con el bienestar de su país, ya sea desde el DIF o la Cruz Roja, vive dentro de una esfera lujosa y superflua, en donde sus actos son amparados por un gobierno nefasto que nunca le importó el pueblo, sino lo que podría sacar de éste y su territorio, por lo que el hecho de que exista hambre crónica en el país descaradamente demuestra que no le importa”.
Y puntualiza “la Alianza Nacional Agropecuaria, Comercializadores y Consumidores AC, afirmó que los salarios mínimos apenas incrementaron 10.7% en lo que va del sexenio de Peña Nieto, sin embargo los precios de algunos productos agropecuarios de la canasta básica se dispararon más de 100%, y sí ha impactado en la capacidad adquisitiva de las familias mexicanas, principalmente en aquellas que tienen un ingreso de dos mil 130 pesos al mes, qué podemos esperar de las que ganan mil mensuales, porque las hay y en gran número lamentablemente”.
Al mismo tiempo explica que, según cifras del Centro de Estudios e Investigación en Desarrollo y Asistencia Social (CEIDAS), en los últimos años fallecieron 85 mil 343 personas por desnutrición, frente a las 49 mil 804 víctimas por el crimen organizado que registraron la Procuraduría General de la República (PGR) y la Cámara de Diputados, con una diferencia de 35 mil 539 muertes más que las causadas por los cárteles.
Sin embargo, para 2015 el Presupuesto de Egresos de la Federación contempló un aumento del 8% para seguridad nacional y para el Consejo de la Judicatura Federal (CJF). Enrique Peña Nieto propuso para la Secretaria de la Defensa Nacional (SEDENA) y la Secretaría de Marina (SEMAR), un presupuesto conjunto de 98.293 millones de pesos.
Convirtiéndose SEDENA en el segundo organismo al que se le aumenta en mayor medida sus recursos, del total de los 71.269 millones de pesos presupuestados para SEDENA en 2015, 48.600 serían para gastos de personal y solo 7.869 millones para inversión. Para SEMAR 27.024 millones de pesos, repartidos en 17.958 millones para gastos de personal, 4.299 para inversión, 5.534 millones para construcción naval y modernización de unidades operativas de los que 963 millones serían para sustitución de buques de la Armada.
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A contraposición, “Peña Nieto nunca ha propuesto un programa para la erradicación de la inminente inseguridad alimentaria del país, ni siquiera acepta que existe tal, exceptuando la Cruzada Contra el Hambre, que no es más que una vil pantalla para liberar un presupuesto que desaparece de una manera directamente proporcional a la que surgen cada día más familias en la miseria y falleciendo a causa del hambre”, afirma Gómez.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), existe seguridad alimentaria cuando, “todas las personas tienen en todo momento acceso físico y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades y sus preferencias, a fin de llevar una vida activa y sana”. Siendo la inseguridad alimentaria (IA), un acceso nulo o incierto a los alimentos.
La Escala Latinoamericana y Caribeña de Seguridad Alimentaria (ELCSA) señala dentro del informe “Epidemiología de la inseguridad alimentaria en México”, que a nivel nacional, 41.6% de los hogares mexicanos se clasificó en IA leve, 17.7% en IA moderada y 10.5% en IA severa. Al sumar las cifras correspondientes a las dos categorías más graves de IA (28.2% de hogares en IA moderada y severa), resultó que alrededor de 8 millones 322 mil 486 hogares tuvieron que disminuir la cantidad de alimentos consumidos o, en el peor de los casos, un adulto o niño se quedó sin comer en todo un día. Las Entidades Federativas con una mayor proporción de IA moderada y severa en el país fueron Tabasco, Guerrero, Chiapas y Oaxaca.
Teniendo como conclusión el informe “Epidemiología de la inseguridad alimentaria en México” que, la IA es un problema de gran severidad en México que afecta de manera grave y moderada a casi uno de cada tres hogares. En este sentido la ELCSA permite identificar a la población con mayor vulnerabilidad y enfocar las acciones de los programas de ayuda alimentaria, de acceso y distribución de alimentos, entre otras acciones, que en México o no han sido implementadas o han fracasado.
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