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Un estudio muestra que la tecnología digital actual moldea el procesamiento sensorial de nuestros cerebros en una proporción sorprendente.
El uso de las pantallas táctiles de los teléfonos inteligentes cambia la forma en que pulgares y cerebro trabajan en conjunto, produciéndose una mayor actividad cerebral, según un estudio publicado hoy en la revista estadounidense Current Biology.
La aparición de las pantallas táctiles en infinidad de dispositivos, por ejemplo en los teléfonos inteligentes, han hecho que los usuarios desarrollen nuevas habilidades con los dedos, en especial los pulgares, que son los más empleados en un “smartphone”.
El profesor Arko Ghosh encabezó un equipo de las universidades suizas de Zúrich y Friburgo, al darse cuenta de que la obsesión por el uso de los teléfonos inteligentes podía darles la oportunidad de analizar las plasticidad diaria del cerebro y entender cómo la vida cotidiana lo moldea.
“La tecnología digital que usamos en nuestra vida diaria moldea el procesamiento sensorial de nuestros cerebros en una proporción que nos ha sorprendido”, aseguró el doctor.
Cada región del cuerpo tiene un área específica en el centro emocional del cerebro, donde se procesa su información, la cual es flexible y puede cambiar.
Así, los investigadores estudiaron la activación del córtex sensoriomotor, que se activa con el movimiento de los dedos. Para ello realizaron electroencefalogramas que medían la actividad de las regiones corticales del cerebro en 37 personas diestras.
Gracias al electroencefalograma registraron la respuesta cerebral cuando los usuarios de teléfonos inteligentes tocaban la pantalla con los dedos pulgar, índice y corazón, para poder luego compararla con la de personas que siguen usando los viejos móviles de teclados tradicionales.
Los datos revelaron que la actividad eléctrica en el cerebro de los usuarios de “smartphone” aumentaba al tocar las puntas de los tres dedos citados.
Además, la cantidad de actividad del córtex cerebral asociada al pulgar y el índice era directamente proporcional a la cantidad de tiempo que se usaba el teléfono inteligente.
Por ello, los autores del estudio consideran que el procesamiento sensorial del córtex en nuestro cerebro “es continuamente remodelado por la tecnología digital personal”.