Revoluciones


Violaciones impunes a mujeres y niñas detonaron autodefensas en Michoacán

Silvia Núñez Esquer / Cimacnoticias 

La violencia contra las niñas y mujeres en el estado de Michoacán fue un detonante para que la sociedad tomara la decisión de tomar las armas para autodefenderse, dice en entrevista la abogada y activista Talía Vázquez Alatorre.

De visita en el estado de Sonora en calidad de defensora de José Manuel Mireles Valverde, encarcelado por “romper” el pacto entre el comisionado en Michoacán, Alfredo Castillo, y los grupos de autodefensa, Vázquez Alatorre habla de la violencia contra las mujeres en aquella entidad.

Y es que la violencia era una forma de vivir a la que ya se habían acostumbrado en Michoacán: a “pagar piso” (extorsión), a compartir cosecha con los narcotraficantes. Pero quizás no era lo suficiente para despertar el valor de autodefenderse.

Mireles tiene tres hijas, cuenta su abogada. La más pequeña estudia la secundaria en Tepalcaltepec, Michoacán, donde él era el presidente de la sociedad de padres de familia. Es una persona muy respetada, es el médico del centro de salud. En un solo mes, el cártel de Los Caballeros Templarios se robó y violó a 14 niñas de esa escuela.

Cuenta Talía Vázquez que los narcos llegaban, se sentaban en el Jardín (parque principal del pueblo) a ver pasar a la gente, y ya de plano decían: “Ésa me gusta, tráemela”, y se robaban a la niña.

O llegaban a la casa de alguien para cobrar el “piso”, y ya que pagaba le decían “oye, me voy a llevar a tu mujer”, y se llevaban a las mujeres y se las devolvían al día siguiente violadas, pero además les decían “veme bañando a tu niña porque me la voy a llevar”.

Mireles, como médico del pueblo, se dio cuenta que durante un año no atendió mujeres embarazadas, sino puras niñas, que habían sido violadas por los Templarios. Se las llevaban 15 días y las regresaban ultrajadas.

Como víctima de violación tumultuaria en 2011, Talía entiende muy bien de qué se habla cuando se sufre una violación. Tanto así que formó una asociación para apoyar a mujeres y niñas violentadas: México contra la Impunidad.

“¿Qué se pueden esperar estas niñas? ¿Quién denuncia? ¿Ante quién denuncian los papás de las niñas violadas? ¿Ante el Ministerio Público que es Templario? ¿O ante el Ministerio Público que le va a avisar a los Templarios?”, advierte la abogada.

Vázquez Alatorre está convencida de que el Estado falló, y ya no hay ante quién denunciar, ante quién acudir, sencillamente ya no hay quién defienda a la ciudadanía, por eso ésta tiene que autodefenderse.

Por ello se reunieron los fundadores del pueblo, los ganaderos y demás, y platicaron. Empezaron a confesar lo que nadie quiere contar nunca: “A mí ya me robaron a las tres niñas, ya me las devolvieron, pero tengo miedo, mis hijas están violadas. Vamos matándolos porque no podemos permitir más esta situación y no tenemos a quién recurrir”.

Las viudas

La situación contra las niñas continúa, se las siguen llevando, violando, pero además ahora se agrega lo que le llamamos “Viudas de los autodefensas”, explica la abogada.

Son familias desprotegidas en las que el padre de familia está preso por impedir que violaran a su hija. En vez de detener al violador, detienen al papá, acusa.

La crisis humanitaria en Michoacán es enorme, niños a merced del crimen organizado, porque quien los podía defender que es su papá, está en la cárcel. Hay familias en las que ya mataron al papá, al abuelo, a los tíos y a los hermanos; sólo quedan las mujeres, narra la defensora.

“Yo no sé usar armas ni nunca las he usado… pero créame que ganas no me han faltado”, dice Talía, quien a diario recibe amenazas desde que denunció la violación sexual de la que fue víctima. La de Michoacán es una situación de crisis humanitaria, particularmente para las mujeres, remarca.

Las mujeres, a quienes ya les asesinaron a todos los hombres de la familia, se han organizado y dos o tres de ellas cuidan la huerta o el sembradío familiar, armadas para enfrentar los ataques. Están en los retenes de las autodefensas y son ellas las que están al frente, pues no hay nadie que las defienda.

De las jóvenes que han incursionado en las autodefensas, Talía Vázquez comenta que muchas de ellas fueron víctimas de violación, y lo que han hecho es no permitir el ciclo de la extorsión, sino que cuando vienen por el “piso” ellas se enrolan, pues lo que seguiría es que asesinen a sus mamás o a ellas.

Las autodefensas no se han desarmado, por eso el doctor Mireles está preso, explica. El comisionado Castillo hizo un convenio irrealizable y fue un acto mediático, advierte.

“No se le puede pedir que se desarme a un pueblo que está amenazado y rodeado por personas armadas (…). Es una simulación, hay un discurso mediático que no tiene nada que ver con la realidad”.

Es muy difícil en México ser mamá y papá, pero ser mamá y papá en una zona de guerra, donde a ti y a tu hija las violan y a tu hijo te lo matan, es muy complicado. Los narcos asedian los pueblos, los cercan, no hay agua, no hay comida, los niños pasan hambre, eso es lo que viven las mujeres en Michoacán. Estamos rebasados, concluye Talía.

15 julio, 2014
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