Alvaro Cepeda Neri/Revolución TresPuntoCero
Alfredo Castillo fue Procurador en el Estado de México, durante ese cargo no pudo encontrar a Paulette bajo un colchón, encubriendo a los padres de la niña. Después fue subprocurador de la PGR y luego Procurador del Consumidor. Para ser elevado a su nivel de incompetencia política como Comisionado Federal para la Seguridad en Michoacán, el mexiquense ha enredado mucho más los conflictos.
Sin preparación para esa misión, se puso muy estricto con las delincuencias encabezadas por Los Templarios y, con la oferta a las autodefensas para ingresar como policías federales y de la entidad, éstos son ahora ¡policías! Quitó de en medio al cadáver político y físico de Vallejo, controló a los diputados michoacanos y manipula al Poder Judicial. Los tres poderes ya están en sus manos. El nuevo desgobernador sustituto es su edecán; y el estado sigue siendo escenario de la “guerra de todos contra todos”. Mientras la población civil está atrapada en medio.
II.- En cuanto al vocero de Los Pinos: Eduardo Sánchez, en sus confesiones a la reportera María Scherer, dice que se formó en un despacho constitucionalista, a cuyos abogados hace quedar mal porque nada aprendió. Pues como si fuera juez penal, no sólo no se refiere a Mireles como “presunto responsable” del rosario de delitos que le endilgó, sino que hasta lo sentenció invocando el Estado de Derecho.
La información de la reportera Angélica Enciso (La Jornada: 3/VII/14), exhibe a Sánchez, más como restaurantero (ya que es dueño de más de 50 restaurantes Sushiito) que como abogado. También se puso de parte de Castillo, en un acto donde elogió a Rosario Robles, quien con su cruzada contra el hambre, simultáneamente sigue con su cruzada para obtener votos a la causa peñista.
Estos dos cara dura utilizan el Estado de Derecho, no como imperio de las leyes, desde la Constitución hasta sus reglamentarias, que ahora los Senadores y Diputados federales han bautizado como “secundarias”, sino como abuso del poder para someter a quienes están en desacuerdo con sus actuaciones.
III.- Según me asesora doña María Moliner en su Diccionario del Uso del Español: Cara Dura significa cinismo, desvergüenza. Y Castillo con su autoritarismo en Michoacán, su complicidad con los “templarios” ya uniformados como policías, junto con Murillo Karam no se van con la “justicia a secas” de la divisa juarista y, en cambio torturan y violan los derechos humanos del médico José Manuel Mireles, al ordenar raparle la cabeza, quitarle el bigote, encapucharlo y que sus captores lo humillaran, antes de enviarlo a una cárcel de Sonora, para tenerlo lejos de su abogada; privándolo de atención a su diabetes y dejándolo sin alimentos, demostrando así su peñismo vengativo.
Esos cara dura, hasta en el gesto de sus rostros, desde la cúpula del Poder Ejecutivo Federal, se están excediendo y eso es abuso del poder autocrático, que se opone al ejercicio del poder con límites de la democracia constitucional que nos dieron los Padres Fundadores del Estado de Derecho Mexicano.