César Vázquez / @LetraMia
Xalakayan, Aquila.-La región Costa-Sierra amaneció con zozobra y coraje, es el resultado que provocó la detención del líder autodefensa Semeí Verdía Zepeda y el ataque violento del Ejército Mexicano que ocasionó la muerte de un niño de 12 años, así como otros heridos.
En entrevista con Michoacán TresPuntoCero, los comuneros confirmaron el asesinato del pequeño de 12 años de edad de nombre Hidilberto Reyes García, quien murió luego de recibir un impacto de bala atrás del oído derecho y que le atravesó el cráneo para salir por un ojo, también señalaron que hay una niña de 6 años de edad, de nombre Yeini Natalidad Pineda Reyes, originaria de la comunidad El Duin, quien se encuentra herida tras recibir un bala en el vientre.
También resultó herido el joven Horacio Valladares Manuel, quien recibió disparo en la espalda a la altura del vientre, él es originario de La Palma Sola; una ama de casa de 34 años de edad que estaba en el comedor de su casa y que recibió un rozón de bala a la altura de la mejilla, y Horacio Valladares Manuel, de 63 años de edad, originario de El Zapote Madero, quien recibió cuatro tiros en una pierna.
Todos ellos estaban en sus casas ubicadas a un costado del puente carretero llamado Ixtapilla, de esta misma localidad, fueron alcanzados por las balas que perpetraron elementos del Ejército Mexicano y la Policía Federal.
Además de estos heridos de gravedad, hay lesionados menores que recibieron impactos de balas lacrimógenas, los elementos del Ejército dispararon estos artefactos contra la población que les impedía el paso sobre la carretera.
El niño acribillado aún permanece fuera de la comunidad, los padres con el apoyo de autoridades municipales arreglan los trámites fúnebres para poder trasladarlo a su comunidad La Majahuita, sitio de donde se levantaron al menos diez cartuchos percutidos por la Policía Federal y el Ejército.
De acuerdo a Germán Ramírez Sánchez, originario de la comunidad de Ostula, el motivo de esta masacre se originó a raíz de la detención del comandante de la policía comunitaria de estas comunidades Semeí Verdía, a quien detuvieron el domingo por la mañana.
“Llegaron elementos del Ejército, de la Policía Federal, de las Fuerzas Rurales y de La Marina, dijeron que iban de paso, pero luego detuvieron a compañeros de Xalakayan, nosotros nos movimos al sitio para saber qué ocurría, pero al mismo tiempo detuvieron a Semeí, cuando reaccionamos, en cinco minutos él ya estaba en la base militar de la marina ubicada en La Placita, y de allí se lo llevaron”, expuso el vocero de los comuneros.
Esta detención desató la indignación de las comunidades, que al saber la detención de su líder, pronto salieron a bloquear las carreteras bajo la sospecha de que Semeí sería trasladado por tierra.
El primer filtro lo reventó el Ejército echando sobre los manifestantes un camión rinoceronte, allí solo resultaron golpeadas camionetas, pero ningún herido.
Un par de kilómetros más adelante, en Ixtapilla, las comunidades volvieron a detener a los militares pero en lugar de camiones la gente se armó de valor y con una valla humana impidieron el paso de los castrenses.
En reacción, más de 20 militares tomaron posición de asalto para amagar a las personas que los enfrentaban verbalmente y exigían la liberación de Semeí Verdía, pero luego dejaron esta formación para hacer un contingente similar al que formaban los comuneros, a los que comenzaron a agredir con garrotes pintados de negro.
Momentos después comenzaron a disparar balas de gas lacrimógeno, y en su huida fue cuando detonaron las armas de fuego disparando a las enramadas y casas de madera. En reacción los comuneros incendiaron una camioneta propiedad de la CFE a la altura del puente de Ixtapilla, pero los militares pasaron sobre todas las barricadas.
En todo momento se aprecian imágenes donde la gente de las comunidades aparece sin armas, algunos portando palos y algunos machetes.
Por la noche se levantó un filtro de comuneros en el poblado de Xalakayan, allí se encuentran reunidos un grupo de mil comuneros de diferentes regiones de la Costa, quienes exigen la liberación inmediata de su líder y guía Semeí Verdía, pero también exigen castigo para el asesinato de del niño Hidilberto Reyes García.
Desde el ataque y la detención de Semeí Verdía no ha existido ningún acercamiento de autoridades, los indígenas Nahuas piden la intervención de personal para que se ofrezca un castigo ejemplar contra los elementos que dispararon a las personas.
“No nos vamos a mover de aquí o hasta que se haga justicia, porque nadie estaba quebrantando la ley, Semeí traía una arma registrada y una licencia que le otorgaron las fuerzas federales, no había motivos para detenerlo, pero si ya lo detuvieron a él lo mismo va a ocurrir con cualquier otro comunero que participó en la lucha contra los Templarios; nosotros sabemos que eso es posible, pero nada tenían que ver los niños a los que les dispararon”, reclamó German Ramírez.