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Martin Dozal Jottar en Morelia

Citlali Martínez Cervantes

Martin Dozal Jottar en Morelia
(18 de julio de 1943 – 23 de diciembre de 2015)
In Memoriam 

Lo conocí desde principios de 1969, cuando yo iba al Penal de Lecumberri en la ciudad de México, a visitar a José Revueltas y demás presos políticos del Movimiento Estudiantil Popular de 1968. Martín Dozal compartía la Celda No. 28 de la Crujía “M”, con el escritor comunista.

Lo volví a ver el 15 de abril de 1976, en el Panteón Francés de la ciudad de México, en el sepelio de Revueltas. De repente llegó el Secretario de Educación Pública, en representación del Presidente Luis Echeverría, a querer decir un discurso demagógico ante el féretro de quien en vida persiguieron, encarcelaron, marginaron. Pero de entre la multitud irrumpió la figura de Martín Dozal, enorme, fornido, con sus hermosos chinos y su potente voz llena de rabia y dolor, a gritarle al intruso que se largara, que no podía profanar la tumba del camarada, del hermano. Todos lo respaldamos con porras a Revueltas y a la UNAM (el Goya) y cantando “La Internacional”, “Bella Chao” y “Yo quiero que a mí me entierren como a revolucionario envuelto en bandera roja y con mi fusil al lado” (himnos de lucha con los que hemos sepultado a tantos compañeros).

Sencillo Profesor normalista originario de Huayococotla, Veracruz, donde nació en 1943.
De 1967 a 1968 fue Secretario y Vicepresidente de la Tribuna México, en el Club de Periodistas de la ciudad de México.

Durante varios años se dedicó a estudiar, entrevistar y escribir sobre grandes personalidades de la intelectualidad mexicana, como la Dra. En Filosofía Paula Gómez Alonzo, la Historiadora Eulalia Guzmán, Salvador Novo, Villaurrutia, Jaime Torres Bodet, Gorostiza y otros.

A partir del 26 de julio de 1968, fecha en que inicia el Movimiento Estudiantil, escribe día a día una Crónica del mismo, además de recorrer todas las Instituciones educativas participantes, impartiendo Conferencias.

El 18 de septiembre del ’68, durante una de estas Pláticas en una de las Facultades de Ciudad Universitaria de la UNAM, la Institución fue allanada por el Ejército y él fue detenido junto con cientos de estudiantes, Profesores, Autoridades y padres de familia.

De 1968 a 1971 fue compañero de Celda de José Revueltas, en el Palacio Negro de Lecumberri. Esto le cambió la vida, como él mismo lo decía, pues desde entonces y hasta su último aliento, se dedicó de lleno a leer, estudiar, escribir y divulgar la vida de quien siempre trató como su Maestro, aunque José le insistía en que sólo era su compañero.

A lo largo de más de 40 años, llenó más de 1000 libretas Profesional manuscritas sobre la vida, las luchas, las cárceles, la militancia y la Obra del gran novelista del México Contemporáneo; además de escribir también sobre sus geniales hermanos Silvestre (Músico), Fermín (pintor), Rosaura (actriz de cine y teatro).

DOZAL EN MORELIA.

La primera vez que vino fue en abril de 1996, a participar en un Homenaje a José Revueltas, a veinte años de su muerte. Lo organizamos con José Mendoza y durante una semana escuchamos también a Andrea Revueltas, Roberto Escudero, Edith Negrín, Evodio Escalante y otros destacados intelectuales revueltianos.

En 2005, lo invitamos a participar en la Cátedra Extraordinaria “José Revueltas”. Impartió un Seminario de un Semestre sobre el autor de El Apando, en la Facultad de Letras de la Universidad Michoacana. Fue tanto el interés que despertó, que de un Grupo inicial, se tuvieron que abrir dos más. El evento incluyó también un magnífico Concierto de la gran Jazzista-pianista Olivia Revueltas, en el Teatro Ocampo, con cupo completo, así como varias Conferencias Magistrales de Fernanda Navarro, Jorge Bustamante, Luis Jaime Cortez (sobre la música de Silvestre Revueltas), el propio Dozal y otros.

En esta ocasión la Revista Literaria Clarimonda que dirige Manuel Noctis, quien asistió al Seminario, le dedicó su ejemplar Número 7, con una Antología de José Revueltas.

En septiembre de 2011 fue el invitado de honor a las Jornadas Ramonianas, siendo huésped por una semana en la casa de Ocaranza. Participó en Ruedas de prensa, Conferencias, pláticas en Casas del Estudiante, etc.

En 2013 la Dra. Fernanda Navarro le organizó una Conferencia Magistral en la Universidad Nova Spania de Morelia, misma que se tituló “JOSE REVUELTAS. UNA EVOCACION NECESARIA”. Se requirieron tres videos para su edición, dada la extensión de lo expuesto (y todo de memoria).

En este mismo año, la más asidua de los asistentes al Seminario del 2005 y su más ferviente admiradora y discípula, Miriam Monzón Reyes, lo invitó a impartir una Plática en el Instituto Internacional de Morelia, donde trabaja su esposo Wilberth Alfredo Franco y a la que asistieron también alumnos del Colegio Guadalupe Victoria, donde trabaja ella, quien en esa ocasión recibió un ejemplar dedicado por Dozal, de la novela El Luto Humano de José Revueltas.
Miriam siguió en contacto con Dozal aun cuando él ya no hablaba con nadie: ella le marcaba; él descolgaba; ella le leía algo que le había escrito; ambos colgaban…

EN URUAPAN.

En varias ocasiones participó en el Encuentro Nacional de Escritores que se realiza en el mes de mayo, por parte del antiguo Taller Literario Ambrosía y luego Luvina.

En este contexto, participó en el Homenaje a Elena Poniatowska, por sus 80 años. Para ello, viajó con la festejada, de México a Uruapan, donde estuvimos una semana con Lenin Guerrero (magnífico anfitrión), Saúl Ibargoyen, Monica Levin, Gaspar Aguilera y Hermann Bellinghausen, entre otros, disfrutando de la agradable y sabia palabra de Poniatowska y Dozal.

En dos ocasiones aprovechó para ir a la Comunidad Indígena de Cherán, que se encontraba en plena lucha en defensa de su autonomía, de sus bosques y el respeto a sus usos y costumbres. Anduvo feliz, entre las fogatas, las guardias, la alegría y el dolor de un pueblo agredido pero valiente. Bailó, cantó, conversó con los comuneros.
El año pasado estuvo muy grave, internado en el Hospital López Mateos en México. Allí llegó un día Lenin Guerrero, de Uruapan. Lo cuidó durante toda la noche y se regresó a su tierra. De este tamaño es el amor y la admiración que sembró entre sus amigos michoacanos.

Martin Dozal, que desde que salió de la cárcel se encerró, se aisló en su humilde departamento de Iztapalapa, rodeado de libros y libretas y entregado de lleno al estudio de Revueltas; aceptó venir a Morelia, a Uruapan, a Cherán, donde encontró amigos que lo llegamos a querer y valorar como pocos. Nos deja un enorme vacío, que sólo se supera en parte con el legado que nos deja: su honestidad, integridad, nobleza, congruencia. Un hombre valiente, sencillo, lleno de calidad y calidez humana.

Elaboró Citlali Martínez Cervantes.
Presidenta de la Fundación Cultural
Ramón Martínez Ocaranza, A. C.

27 diciembre, 2015
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