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Michoacán: estado de narcolaboratorios

Rodrigo Caballero/ @RodCaballero

Morelia, Michoacán. A mitad de la noche en la tenencia de Felipe Carrillo Puerto mejor conocida como ‘La Ruana’, el compadre de Hipólito Mora detecta un olor en el ambiente, se para y aspira profundamente hasta reconocerlo.

“¡Ya empezó a oler a orines!” exclamó antes de regresar a su asiento, ese olor penetrante que se asemeja a la urea que expulsamos al orinar es el resultado de la reacción química que produce la efedrina al “cocinarse”.

En Buenavista Tomatlán las personas reconocer con el olfato cuando los narcolaboratorios están funcionando y los miembros de las autodefensas de La Ruana instruyen a los periodistas a detectarlo.

Cuando la producción es grande, el olor es más fuerte y se queda unos minutos en el ambiente, cuando es pequeña apenas se detecta y se desvanece rápidamente.

“Son las cocinas del Americano” murmura el autodefensa después de tomar asiento, los hombres de Hipólito Mora no tienen influencia más allá de Felipe Carrillo Puerto y aseguran que Luis Antonio Torres alias ‘El Americano’ es quien produce metanfetaminas en la región.

-¿El reactivó las ‘cocinas’?-

-Ese hijo de la chingada nunca las detuvo, todas las cocinas de aquí las controla, no paran pues, el show debe continuar- dice el compadre mientras se limpia los bigotes y le da un trago a su coca-cola para terminar la conversación.

El reino de las ‘cocinas’

El Estado de Michoacán es clave para el tráfico de drogas sintéticas en México debido a la existencia del puerto de Lázaro Cárdenas que es la puerta de acceso de los precursores químicos para fabricarlas.

Hace apenas una semana, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) convocó a medios de comunicación michoacanos para acompañar a los militares en el desmantelamiento de un narcolaboratorio ubicado a menos de 50 kilómetros de Morelia, la capital del Estado.

Estos laboratorios clandestinos o ‘cocinas’ como normalmente se les conoce son el “pan nuestro de cada día” señalan militares que participan en los operativos que los destruyen.

Las ‘cocinas’ michoacanas son las principales aportadoras de metanfetaminas porque están instaladas en lugares a los que difícilmente pueden acceder las fuerzas de seguridad si no es mediante operativos con decenas de vehículos y personal bien armado.

En su reportaje “Michoacán, el reino de los narcolaboratorios”, el Universal reveló que entre 2006 y 2015 fueron encontradas y destruidas mil 323 ‘cocinas’ en todo el territorio mexicano; 460 de ellas sólo en el Estado de Michoacán.

Es decir, casi el 35 por ciento de los narcolaboratorios mexicanos se encuentran en nuestra entidad. Guadalupe Correa-Cabrera, profesora de la Universidad de Texas dijo al periodista Rogelio Velázquez que Lázaro Cárdenas es la clave para entender el fenómeno.

Los precursores químicos indispensables para la creación de drogas sintéticas llegan en contenedores provenientes de China y son descargados en un municipio del que la federación supuestamente tiene el control desde la llegada del ex-comisionado Alfredo Castillo Cervantes.

La efedrina y la seudoefedrina llega a Michoacán en cargueros por la Ruta Asia-Pacífico un camino que está bajo la revisión de organismos como la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), la Sedena, la Procuraduría General de la República (PGR), la Marina Armada de México y hasta el Servicio de Administración Tributaria (SAT).

La producción de metanfetaminas en Michoacán estuvo controlada en los últimos años por el cártel de los Caballeros Templarios pero con la llegada de las autodefensas ahora no queda claro quiénes están “cocinando”.

22 octubre, 2015
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