El fundador del Partido Progresista de Chile, Marco Enríquez Ominami sostuvo, en el marco del seminario internacional denominado “Nuevas formas de participación político-electoral”, que si bien las candidaturas independientes son una figura simbólica que sirve para “oxigenar” la democracia, el debate de fondo debe generarse en torno a los problemas que aquejan al sistema político, pues en Latinoamérica, estos son frágiles y precarios.
El político sudamericano agregó que la democracia en América Latina se encuentra en crisis, por lo que es indispensable iniciar un análisis sobre la figura presidencial a la que consideró “en agonía”, pero también sobre el modelo de las democracias europeas en las que, por el contrario, existe la figura del primer ministro, como una opción para superar el enfermizo presidencialismo surgido de un sistema colonial, borbónico, napoleónico y monárquico.
Enríquez agregó que Peña Nieto, al igual que el resto de los Ejecutivos en la región, tienen dificultades en sus respectivos países a consecuencia de que no han logrado establecer un verdadero diálogo con sus sociedades y consideró indispensable analizar cómo se puede crear un sistema electoral justo, ceñido a una ley electoral y de partidos eficiente, que promueva la transparencia y la posibilidad de implementar la segunda vuelta en los procesos electorales.
Aseveró que la partidocracia ha secuestrado las democracias latinoamericanas, por lo que es fundamental impulsar una democracia representativa y directa para superar a los partidos tradicionales.
En este contexto, añadió que si bien las candidaturas independientes son importantes en sistemas políticos “pobres e injustos”, como calificó al de México y Chile, porque ayudan a “legitimizarlos”, es reduccionista centrar la discusión en estas, pues por sí mismas no garantizan ningún cambio y esta supuesta independencia, poco aportan a la transformación del sistema político.
En su participación, Ariel Rodríguez Kuri, académico e investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y director del Centro de Estudios de Historia del Colegio de México (Colmex), dijo que las candidaturas independientes son importantes en nuestro sistema político, porque funcionan como correctivos y señales de alarma sobre lo que está mal en él.
Sin embargo, recalcó que uno de sus peligros es que fomentan una división que se extrapola en que el bien está en la sociedad civil y el mal entre la clase política, lo que no promueve la convivencia, a la definición de políticas claras ni al reencuentro entre la sociedad y los partidos, pues un discurso fundado en la “antipolitica”, puede generar aventuras peligrosas que se traduzcan en la ilusión de que se puede gobernar sin políticos y contra la política, una de las formas discursivas del fascismo.
El otro discurso político
El presidente del Instituto Belisario Domínguez (IBD) del Senado, Miguel Barbosa, reconoció que existe un profundo miedo hacia las candidaturas independientes por parte de quienes ejercen el poder, por la simpatía que estas han generado entre la ciudadanía harta del estado actual de la economía, la inseguridad y sobre todo, la impunidad y recordó la resistencia de algunos partidos políticos en el establecimiento de esta figura en el nuevo modelo electoral.
El también senador del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Zoé Robledo, subrayó que las candidaturas independientes amenazan el statu quo de la clase política, por lo que diversos congresos locales ya han modificado sus leyes electorales para restringir el derecho de participación ciudadana en el tema.
El proceso electoral del pasado junio dio como resultado la elección del primer gobernador postulado a través de este mecanismo, el –por 30 años priista- Jaime Rodríguez El Bronco, que hace algunas semanas tomó bajo su cargo la gubernatura de Nuevo León, tras la crisis que sufrió la entidad bajo el mando de Rodrigo Medina, también del tricolor.
A la Cámara de Diputados también llegó un legislador independiente, el expanista Manuel Clouthier Carrillo y en el Congreso de Jalisco, el joven Pedro Kumamoto consiguió por la misma vía su curul.
