Revoluciones


Terrorismo de Estado: 44 años del Domingo Sangriento

Pedro Cervantes / @thachi3_0

Hace 44 años, en 1972 en la ciudad de London Derry, Irlanda del Norte, un grupo de manifestantes a favor de los derechos civiles y contra el encarcelamiento sin juicio de sospechosos de pertenecer al IRA (Irish Republican Army, por sus siglas en ingles), fueron acribillados por el Ejército británico, matando a 14 personas e hiriendo a más de 30.

Este episodio se le conoce como el “domingo sangriento (Bloody Sunday), donde el Primer Batallón de Paracaidistas del Reino Unido, representantes del Estado británico, asesinó a un grupo de católicos sin armas, por reivindicar sus derecho a la autonomía y a las libertades civiles.

El pueblo irlandés realizó un monumento donde se aprecian los nombres de cada uno de los caídos, Patrick Doherty, de 31 años; Gerald Donaghey, Jackie Duddy, Hugh Gilmour, Michael G. Kelly, Kevin McElhinney y John P. Young, de 17 años; Bernard McGuigan, de 41; James G. McKinney de 34; William A. McKinney, de 27; William N. Nash, de 19 años; James J. Wray, de 22; Michael M. McDaid, de 20 y y John Johnston de 59 años.

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Es un hecho histórico que nos hace pensar como las minorías opresoras reprimen a las mayorías oprimidas, situación que pasa desde los países llamados “primermundistas”, hasta los países en “vías de desarrollo”, todo para defender sus privilegios de clase.

Este es uno de los episodios más vergonzosos en los más de 30 años que tiene el conflicto irlandés-británico, entre independentistas católicos y unionistas protestantes, que durante el proceso ha dejado más de 3 mil 500 muertos en Irlanda de Norte.

En los años setentas mientras que en Inglaterra se vivía el “boom” de las contraculturas, nacía un nuevo rock, existían los punks, skinheads, mods, rude boys, rockers y hippies, a menos de 50 km de la isla, un grupo de gente buscaba la independencia de la corona británica.

Es por esto que el Estado decreto el “internment”, que era todo aquel sospechoso de pertenecer al IRA, era encarcelado, es decir una “casería de brujas”, pues toda persona que estuviera a favor de la Independencia, era tachado de militante y encarcelado.

El 30 de enero de 1972, más de 15 mil personas marcharon en London Merry, para exigir sus derechos civiles y la libertad de todos los presos políticos, la corona británica los recibió con balas.

El argumento de los militares para disparar fue que los manifestantes estaban armados y atacaban a la seguridad pública, por lo que tuvieron que actuar para defender a sus compañeros. Años después se sabe que fue un mero caso de represión.

En 1998, el primer ministro Tony Blair reabrió el caso, el cual tardo 12 años en terminar, interrogando a más de 2 mil 500 personas y con un grupo de especialistas en temas de investigación, los resultados arrojaron que “el domingo sangriento fue una injusticia”, y primer ministro David Cameron pidió perdón, pues fue una acción que “ni estaba justificada ni es justificable”.

Ante la represión y asesinato, el mundo se manifestó, pues la embajada británica en Dublín fue incendiada, en Belfast se produjeron atentados, al igual que en Berlín occidental, existieron manifestaciones en ciudades como Milán, New York y Boston.

El IRA, nació tres años antes de la masacre, pero era un grupo minoritario, dicho acto ocasiono que creciera el descontento y por tanto el número de militantes, el mundo tenía miedo a un guerra entre ambas naciones pertenecientes a la misma corona.

30 enero, 2016
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