Especial fotográfico


La hora clave en Cucuchucho

Cuando ya no hay filas de carros y grupos de turistas, el panteón de Cucuchucho en la zona lacustre en Michoacán, entra en un “trance tradicional”; un raro silencio recorre las tumbas y solo murmullos y música muy al fondo se escuchan, pareciera que cientos de velas bailan al ritmo de lo que sale de esas pequeñas bocinas modernas. Gabanes y chamarras cubren a las personas que adornaron las tumbas y que ahora montan una guardia “como se debe”, en espera de que sus difuntos regresen y no se encuentren con tanto “borlote” ajeno.

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De repente, algunos ronquidos rompen con el ruido cíclico; dormidos algunos están mientras otros calientan sus manos en las pequeñas fogatas. A un lado de la milpa, ofrendas grandes y pequeñas se unen para lograr un resplandor e iluminar el camposanto enclavado en un grupo de pinos que asemejan un bosque y cortan un poco el viento proveniente del lago de Pátzcuaro.
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Azul comienza a ponerse el cielo y contrasta con el rojo naranja de abajo; son las 6:00am y los gallos comienzan a cantar; también, una oración en el micrófono despierta a la mayoría y el sacerdote comenzará la misa que pone fin a la Noche de Animas; al parecer, minutos antes de a celebración, la simbiosis “muertos-vivos” se dio por unos instantes, esa visita-recibimiento llegó justo cuando las estrellas comenzaron a irse, cuando todo sonido y visión engañaron a los que ahí estaban de pie y crearon una atmósfera «límbica». Las ofrendas de comida fueron repartidas, cada quien tomo y comió lo que debía.
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2 noviembre, 2023
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