Se diluyen las lenguas maternas en México. En un periodo de menos de 100 años la población hablante de lenguas indígenas disminuyó.
El Consejo Supremo Indígena alertó, en el año de 1930 el 16 % de la población nacional hablaba algún idioma indígena. El último censo al 2022 refiere que solo el 6.2 % de la población practica la lengua materna.
En el caso de Michoacán el panorama es incierto. Si bien las comunidades indígenas purépechas lograron rescatar el valor de su lengua y retomarlo en distintas regiones, el resto de las lenguas del estado agonizan.
Lenguas como el Matlazinca-Pirínda y el otomíes se enfrentan a un franco proceso de extinción.
La falta de políticas para la preservación de las lenguas originarias de Michoacán ya han cobrado factura en el legado de las lenguas maternas de las culturas originarias de la entidad.
En el caso del matlazinca, ya no se tienen registros recientes de cuántos individuos parlantes hay, por lo que ahora autoridades indígenas, el lenguaje podría haber desaparecido en la última década junto con las pocas personas que aun manejaban esta lengua.
En el caso del otomí, el último censo del Instituto Nacional e Geografía y Estadística (INEGI) muestra más de 700 parlantes en todo el estado. Se estima que en poco menos de una década sobrevivirán menos de 500 debido a la edad avanzada de dichos parlantes.
El Consejo Supremo Indígena de Michoacán denunció que las políticas públicas de conservación de las lenguas maternas se han reducido a conferencias de conmemoración de este día.
