Morelia


“El dolor en el corazón es más grande que el de las esquirlas”

Morelia, Michoacán.- Como cada 15 de septiembre, el matrimonio confirmado por Aurora y José García Guerrero llegan puntuales a las 8:00 de la mañana a la Plaza Melchor Ocampo. Estar ahí es revivir el momento más doloroso de sus vidas, pero también es abrazar la memoria de sus dos familiares fallecidos tras el atentado terrorista de 2008.

Con lágrimas en los ojos y en las manos flores rojas y blancas, ambos se acercan a la placa metálica colocada en la plaza pública en honor a las siete personas fallecidas y los 132 lesionados.

Con tristeza y profundo dolor recuerdan la noche trágica del 15 de septiembre en que su familia se vio alcanzada por el estallido de las bombas lanzadas durante los festejos patrios. José, su madre Elisa, su esposa Aurora, sus sobrinas y sobrinos, entre ellos Angel Uriel, celebraban, además de la Independencia de México, el que la señora Elisa hubiera superado un cáncer de mama.

José recuerda como si hubiera sido ayer, el desgarrador momento en que las esquirlas entraron a su cuerpo y el impacto le impidió moverse. A pocos metros veía a su madre gravemente herida, con impotencia  hacía todo por ayudarla, pero la tibia y peroné de su pierna izquierda estaban destrozados. Su madre, de 63 años de edad, murió 4 días después en un hospital.

“Me hacía sufrir más el ver a mi gente tirada y dañada y yo no poder hacer nada. A raíz de ese atentado no acostumbro a venir al centro, pero año con año venimos a visitar el lugar donde perdí a mi madre. Nos cuesta mucho estar aquí pero tienes que acostumbrarte a las pérdidas, tanto familiares como físicas”, comparte el padre de familia que aún lleva esquirlas en su cuerpo.

El luto para la familia de Aurora y José, no paró ahí. Su sobrino Ángel Uriel, de apenas 13 años de edad, también murió mientras recibía atención médica. Hoy, 16 años después, la herida duele igual o incluso más que el primer día.

“Recuerdo mucha sangre, muchos gritos y mucho dolor. Tengo varias esquirlas en los pies, estuve lesionada e el oído pero más que nada en el corazón. Yo no digo que todo el tiempo estamos llorando pero son muchos dolores los que tiene uno. El dolor de las esquirlas en tiempos de calor o mucho frío duele más, pero la herida en el corazón es más grande, esto no se puede compensar con nada”, lamenta.

El matrimonio de sobrevivientes coinciden en que este episodio no solo cambió la historia de sus vidas para siempre, sino que también marcó la historia de esta ciudad.

Como víctimas directas, reciben apoyo gubernamental que les ha permitido enfrentar la adversidad. Ya no piden que sean detenidos los responsables del primer atentado terrorista en la Historia de México: “No pedimos nada a la justicia mexicana, es la justicia divina la que se va a encargar”, asegura  José.

Este domingo, autoridades estatales y municipales acompañaron en un acto cívico a las familias afectadas, que año con año se dan cita en la Plaza Melchor Ocampo para colocar una ofrenda floral y guardar silencio en honor a las víctimas de los granadazos.

15 septiembre, 2024
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