Salud


Alimentos que dañan el cerebro

 

Azúcar:

El consumo de azúcar a largo plazo causa problemas neurológicos, afecta la memoria y la capacidad de aprender.

Sal:

Los alimentos con altas cantidad de sal afectan indirectamente el cerebro, al tener efectos negativos en el corazón y la presión arterial. En general esto afecta nuestra capacidad para pensar.

Cafeína:

Es cierto que ayuda a tu cerebro a estar alerta; sin embargo, puede provocar dolor de cabeza, aumentar los niveles de ansiedad y trastornos del sueño. Consumirlo en altas dosis puede provocar alucinaciones, confusión y, en casos extremos, la muerte.

Comida frita:

Las comidas fritas destruyen las células nerviosas del cerebro, afectando nuestra capacidad de aprender y formar nuevos recuerdos.

Comida procesada:

Este tipo de alimentos contienen grandes cantidades de azúcar, fructuosa, sodio y grasas trans, los cuales afectan el sistema nervioso central y elevan el riesgo de trastornos neurodegenerativos, como Alzheimer.

Comida rápida:

Diversos estudios han demostrado que la fast food provoca cambios en la química cerebral, entre sus consecuencias está sentir los mismos síntomas que durante la abstinencia, como ansiedad y depresión.

También afecta la producción de dopamina, hormona relacionada con la capacidad de aprendizaje, motivación y memoria.

Edulcorantes artificiales:

A largo plazo provocan daños cerebrales y deficiencia en la capacidad cognitiva.

Fructosa:

Obstaculiza el funcionamiento y las células del cerebro, necesarias para almacenar energía y procesar el aprendizaje y los pensamientos.

Glutamato monosódico. :

También conocido como GMS es usado como un potenciador de sabor, principalmente en la comida china. Afecta la química del cerebro por la sobreexcitación de las células.

Su ingesta excesiva puede provocar dolores de cabeza, fatiga, desorientación, obesidad, depresión y enfermedades como Huntington y Alzheimer

Grasas trans:

Un estudio publicado en la revista Neurology demostró que las grasas trans están relacionadas con la contracción del cerebro.

Además hacen más lentos nuestros reflejos, nuestra capacidad de respuesta cerebral y aumentan las probabilidades de sufrir un derrame.

2 febrero, 2019
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