Más de 50 países árabes e islámicos se reunieron este lunes en una cumbre extraordinaria en Riad, donde acordaron movilizar a la comunidad internacional para tomar medidas más drásticas contra Israel. Entre las propuestas más destacadas se encuentran la congelación de la participación de Israel en las Naciones Unidas y la prohibición de la exportación de armas al Estado judío, en un intento por presionar al gobierno israelí a cumplir con el derecho internacional.
En un comunicado conjunto, los líderes de estos países pidieron a la ONU y a los gobiernos del mundo que actúen para obligar a Israel a detener sus políticas en Palestina, tras lo que consideran una inacción por parte de la comunidad internacional ante las continuas violaciones de derechos humanos y la violencia en Gaza y Líbano.
Congelar la participación de Israel en la ONU
El llamado a la comunidad internacional para congelar la participación de Israel en la ONU responde a una solicitud hecha por Malasia a principios de noviembre. Además, los países árabes e islámicos exigieron que el Consejo de Seguridad de la ONU actúe con firmeza para detener las acciones de Israel y que se impongan sanciones, como la prohibición de transferencias de armas al Estado judío.
El ministro de Exteriores de Arabia Saudita, Faisal bin Farhan, expresó su preocupación sobre la falta de acción de las instituciones internacionales y señaló que el mundo árabe e islámico está profundamente molesto por los crímenes cometidos por Israel. También destacó que la solución de los dos Estados sigue siendo el camino hacia la paz en la región, aunque advirtió que este proceso está muriendo lentamente debido a la falta de avances.
La creación de un Estado palestino como solución
Por su parte, el secretario general de la Liga Árabe, Ahmed Abulgueit, subrayó que la creación de un Estado palestino independiente es una cuestión de tiempo, pero urgió a acelerar los esfuerzos para que se implemente cuanto antes. Abulgueit enfatizó que el mundo islámico no permitirá que pasen los años sin una solución al conflicto.
La cumbre de Riad refleja la creciente frustración en el mundo árabe e islámico con la postura internacional hacia el conflicto israelo-palestino, pidiendo una acción más firme de la ONU y la comunidad global para lograr una paz duradera en la región.
