El presidente electo Donald Trump regresó a la Casa Blanca el miércoles por primera vez desde su victoria en las elecciones de la semana pasada. En un gesto que marcó un momento trascendental de la transición política, Trump se reunió con su antiguo rival, el presidente Joe Biden, para discutir los detalles de la inminente transferencia de poder.
En un encuentro cargado de simbolismo y tensión política, Biden fue el primero en hablar, destacando la importancia de una transición sin sobresaltos. «Haremos todo lo que podamos para asegurarnos de que tenga lo que necesita», dijo Biden a Trump, al tiempo que le expresó un cordial «Bienvenido, bienvenido de nuevo». El presidente electo, por su parte, agradeció a Biden por el gesto y la disposición a colaborar en el proceso de traspaso de responsabilidades.
Este encuentro también es significativo porque marca un contraste con el comportamiento de Trump en 2020, cuando se negó a reconocer la victoria de Biden en las elecciones presidenciales de ese año y no participó en la tradicional cortesía de dar la bienvenida a su sucesor en la Casa Blanca. Ahora, después de su regreso a Washington, Trump se encuentra en un momento muy distinto, enfrentando las realidades de una nueva etapa política tras su derrota electoral.
Aunque ambos mandatarios se saludaron con respeto y diálogo, la imagen de este encuentro también evoca recuerdos de su último enfrentamiento público. En junio de este año, Trump y Biden se enfrentaron en un tenso debate televisado por CNN, que dejó una impresión negativa para Biden, quien fue percibido como frágil y débil frente al magnate republicano. En ese cara a cara, Trump, que solo es tres años más joven que Biden, hizo gala de su energía, contrastando con la imagen de cansancio del presidente demócrata.