Ambiente


Lago de Zirahuén; ahora un drenaje

Por: Arturo Molina


Altos niveles de contaminación orgánica y química mantienen en vilo al lago de Zirahuen.

A pesar del valor ecológico, los servicios ambientales e incluso la importancia turística que ofrece el lago de Zirahuen, el vaso natural de agua se sigue usando como un drenaje a cielo abierto.

Diariamente, las aguas negras de al menos tres municipios se descargan sin tratamiento alguno en el lago. En paralelo, los químicos de la agroindustria también han incidido en incrementar la concentración de químicos en el agua.

Por lo anterior, desde el 2013 especialistas detectaron desequilibrios químicos en el agua que llevaron a coloraciones y reacciones químicas del agua que han provocado alerta.

Desde colores verdosos hasta efectos en la salud de miles de pobladores de las comunidades aledañas al “espejo de los dioses”.

Fotografía de Archivo/2019

El doctor Francisco Gómez-Tagle Chávez, especialista del Inirena y ambientalista presentó los datos obtenidos en 10 años de investigaciones en el lago de Zirahuen. En este caso, se observa una marcada tenencia de florecimientos altares relacionados altas concentraciones de fósforo y nitrógeno.

Ambos elementos son los causantes de que Zirahuen se haya teñido de verde cada vez más brillante en los últimos años.

El nitrógeno y el fósforo derivan de las altas concentraciones que se vierten en los suelos de las huertas de aguacate, berries y otros monocultivos, mismos que terminan infiltrándose en los acuíferos subterráneos y finalmente brotan a los caudales que alimentan a Zirahuen.

Las descargas de agua de Salvador Escalante y Opopeo agregaron otro ingrediente a la degradada agua de Zirahuen: materia orgánica. Desde heces fecales humanas, desperdicios de comercios  en incluso aceites y grasas de uso doméstico llegan por millones de litros todos los días.

Fotografía de Archivo/2019

El especialista alertó sobre las consecuencias de usar a Zirahuen como un escusado en medio de la crisis hídrica que atraviesa el estado.

“El agua llega fertilizada y provoca florecimientos alegales que son nocivos, la microcystis que detectamos en 2013 son organismos que han estado en la tierra desde hace millones de años, pero las condiciones del lago favorecen el crecimiento de las poblaciones y puede provocar hepatitis, otitis, enfermedades gastrointestinales”, explicó.

Zirahuen como lago ha perdido hasta un 20 % de su capacidad de almacenamiento en los últimos años, según datos de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA).

Lo anterior se debe a los altos niveles de azolve por el desmantelamiento de la capa forestal de los alrededores.

Octavio Muñoz Torres, Subdirector Técnico de Distribución de la CONAGUA señaló que a diferencia de otros lagos, Zirahuen es uno de los que presenta los periodos de recuperación más largos.

Actualmente se encuentra por encima del 60 % de su capacidad de almacenamiento con una tendencia a la baja por el mismo fenómeno de extracción ilegal del agua.

“Zirahuén es un lago regularmente sano que se ha visto reducido en su almacenamiento y no es un lago de rápida recuperación como los otros lagos. Zirahuén es un lago de lenta recuperación y debe de tener una reducción del 20 % de su almacenamiento”, explicó.

La doctora Patricia Alarcón Chairés, catedrática de la UMSNH y presidenta del Consejo Consultivo de Cambio Climático de Michoacán, urge que se tomen en cuenta los parámetros necesarios para la gestión de riesgos. Y es que explicó, se deben de tomar en consideración la situación de vulnerabilidad y otros factores que podrían desencadenar desde riesgos civiles, hasta conflictos con las comunidades aledañas.

“Hace falta un diagnóstico de la constante conducta de cambiar los bosques, la construcción de riesgo en la sociedad que tiene influencia. Otro aspecto es estudiar cual es el grado de vulnerabilidad social de la población, disminuir los riesgos que se presenten”, confirmó.

Las fotografías recientes de la cuenca y sus alrededores muestran los desafíos que enfrenta Zirahuén, tanto la población como las autoridades ambientales. La pérdida de zona boscosa en los alrededores del lago, que antes se consideraba como zona de recarga, ha desaparecido prácticamente por completo, siendo reemplazada por campos de cultivos.

Desde 2013, los habitantes de Zirahuén y otros poblados cercanos al lago han expresado su preocupación por cambios en la coloración del lago y el exceso de floraciones de algas, buscando atención de las autoridades municipales, estatales y del sector académico.

Fotografía de Archivo/2019

La cuenca del Lago de Zirahuén es crucial para la agricultura y el consumo humano en las poblaciones cercanas. Se trata de una cuenca endorreica ubicada principalmente en el Municipio de Salvador Escalante, en Michoacán. Su principal corriente es el río El Silencio, también conocido como Arroyo La Palma, que nace en el extremo oriente de la cuenca y desemboca en la parte occidental del lago.

La economía de la región ha estado dominada por la agricultura, especialmente después de la adopción del cultivo de aguacate a finales de la década de 1990.

Este cultivo ha experimentado un aumento significativo en la producción, representando más del 90% del valor total de la producción agrícola, a pesar de ocupar solo una cuarta parte de la superficie agrícola.

En contraste, el maíz, que antes era prominente, ha visto una disminución en su importancia económica, representando menos del 1% del valor total de la producción agrícola, a pesar de utilizar una cantidad considerable de tierras.

Fotografía de Archivo/2019

13 marzo, 2024
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